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Conozca discurso central de Guillermo Teillier en acto aniversario: Apoyo a lucha feminista, oposición firme y unitaria, compromiso irrenunciable a demandas de DD.HH.

Vuelva a escuchar el discurso (gentileza Radio Nuevo Mundo): 

Vea galería de fotos del acto aniversario:

Queridas compañeras y compañeros, amigas y amigos:

Nos reunimos una vez más para traer al presente aquel acto tan osado y de vanguardia para su época, de constituir un partido obrero de orientación socialista, en medio de las violentas represiones hacia los trabajadores en las pampas salitreras y  en  el centro y sur de nuestro país, como lo fue la matanza de la Escuela Santa María de Iquique.

La formación del Partido Comunista de Chile: 106 años de historia y lucha

(Un aporte de Luis E. Aguilera). La formación del Partido Comunista de Chile (PCCh) se remonta al año 1912, cuando Luis Emilio Recabarren junto a un grupo de obreros salitreros y Teresa Flores, fundan el Partido Obrero Socialista (POS).

Diez años después y luego de un proceso de maduración política y orgánica, el 2 de enero de 1922 se funda el Partido Comunista de Chile, incorporándose a la Internacional Comunista.

El desarrollo inicial del PCCh fue en una época turbulenta, caracterizada por una fuerte crisis social y política, Recabarren observa en la clase obrera y campesina la necesidad de la toma del poder y la construcción del socialismo, excluyendo cualquier reformismo e incorporando la radicalización del rol del proletariado.

Recabarren en ese entonces trabajaría por la solidez y consolidación del PCCh, tanto en su organización como en sus planteamientos políticos para el socialismo chileno, hasta 1927.

La primera clandestinidad.

Bajo la dictadura de Carlos Ibáñez del Campo, apoyado por la oligarquía, se ejerció la primera persecución contra las y los comunistas. Se clausuró la prensa del partido y los militantes empezaron a ser encarcelados y relegados a Isla de Pascua. Otros muchos fueron asesinados.

En 1933, terminada ya la clandestinidad, el Partido experimenta un gran avance en su maduración política. Se hacen esfuerzos por enfocar de manera científica el problema de la Revolución Chilena. Se inicia una política de alianzas amplias. Gracias a estos elementos, el PCCh logra una gran influencia política y de masas a nivel nacional, llegando al Gobierno.

El Frente Popular. Pedro Aguirre Cerda.

Pedro Aguirre Cerda, en 1938 triunfa el Frente Popular, con Pedro Aguirre Cerda a la cabeza. El papel de las y los comunistas fue decisivo, siendo un aporte en el triunfo de PAC a través de la difusión de la mística e ideas del programa de gobierno. Si bien el Partido Comunista de Chile  no formó parte del gobierno, se comprometió a apoyarlo desde afuera, conduciendo el Frente en las calles y sumando más fuerzas.

Gabriel González Videla y su traición. La segunda clandestinidad.

Gabriel González Videla, candidato del Partido Radical, se presenta como izquierdista y partidario de los cambios. Ante la ausencia de otros candidatos progresistas, el Partido Comunista de Chile resolvió apoyar al caudillo radical.

El PC por primera vez ingresó al gobierno, participando con tres ministros. Desde allí se hizo el esfuerzo de llevar el programa a la realidad y a la práctica, a través de la lucha de masas, lo que conllevó una elevación del prestigio e influencia entre la clase obrera. A causa de estas circunstancias y alarmados por los más conservadores, Videla excluye a los tres ministros del gobierno. A esto se le suma la promulgación de la Ley de Defensa Permanente de la Democracia, conocida como la Ley Maldita, la que coloca en la ilegalidad al Partido Comunista y el inicio de una persecución en contra de la clase obrera.

El frente del Pueblo.

En plena clandestinidad, en 1952 se celebran elecciones presidenciales, en la que Salvador Allende se presentaba como la carta apoyada por los sectores populares y la clandestinidad del Partido Comunista de Chile. Junto a una parte del PS, se formó el Frente del Pueblo. A pesar de los esfuerzos, el caudillo Ibáñez del Campo ganaría las elecciones, gobierno que posteriormente quedaría sin apoyo político y fracasaría rotundamente.

La urgencia para el Partido Comunista de Chile  era tal que en su décimo congreso se definió la necesidad de conformar un frente y un gobierno que combatiera a la oligarquía y las influencias del imperialismo norteamericano.

Recuperación de la legalidad.

En 1958 el PC recupera su legalidad. Se forma el Bloque de Saneamiento para democratizar la vida política al país y devolviéndole sus derechos electorales a las y los comunistas.

En ese mismo año, se forma el Frente de Acción Popular (FRAP), el que levantó la candidatura de Salvador Allende por segunda vez, logrando un amplio apoyo de las masas populares. El triunfo de un candidato popular y de un bloque dirigido por la clase obrera era una posibilidad. Sin embargo Jorge Alessandri, candidato de la derecha, triunfaría.

En 1964 el FRAP nuevamente iría con Allende a la disputa presidencial, fracasando ante la recién fundada Democracia Cristiana (DC) que, con Eduardo Frei Montalva, encabezaría una dura contienda comunicacional y propagandística, apoyada por la CIA, en contra del FRAP y evitar el surgimiento de un gobierno de corte socialista. Eduardo Frei finalmente ganaría las elecciones, en donde enfrentaría un país cada vez más agitado y con una profunda crisis social.

La unidad Popular.  Salvador Allende.

Salvador Allende, en el XIV Congreso del PC, ya se hacía patente el fracaso de las medidas planteadas por la DC en su gobierno, como también las continuas derrotas del FRAP ante las fuerzas oligárquicas. Para esto se propuso que el Frente fuera más amplio, sumando así fuerzas social demócratas, del MAPU y otros, lo que dio paso a la elaboración de un programa de gobierno antiimperialista y antiolagárquico. Se formaba la Unidad Popular.

El triunfo en 1970 encabezado por la UP y Salvador Allende, constituyó la materialización de la política del PC. Por primera vez, el pueblo llegaba a ser gobierno.

Si bien el inicio del gobierno fue prometedor, logrando grandes avances en cuanto a reformas sociales y económicas, como la nacionalización de las riquezas básicas, las fuerzas desestabilizadoras del imperialismo mermaron el progreso a través del boicot y el sabotaje, creando un ambiente de inseguridad y guerra psicológica en el país. Las capas medias de la sociedad fueron restándose del apoyo al gobierno popular, como también los militares más reaccionarios.

Hubo serios y dedicados intentos a seguir manteniendo viva la flama de la Unidad Popular, muchos de ellos encabezados por el Partido Comunista y sus frentes de masa como la CUT. Las y los comunistas de Chile se la jugaron el todo por el todo para el cumplimiento cabal del programa y de los avances sociales.

A pesar de los esfuerzos, el imperialismo norteamericano, la sedición de las Fuerzas Armadas a la oligarquía y a la CIA y todos los esfuerzos desestabilizadores truncaron el sueño del pueblo chileno, desatando el Golpe de Estado el 11 de septiembre de 1973.

Con la caída del gobierno popular, comenzaba la tercera clandestinidad del Partido Comunista de Chile.

El régimen militar (1973-1990) fue particularmente complejo para los militantes comunistas, pues sufrieron persecución, detenciones, desapariciones forzadas, muerte y muchos de ellos debieron partir al exilio. A pesar de este duro contexto, se inició su reorganización en la clandestinidad.

En agosto de 1977 se realizó el primer Pleno del Comité Central del partido, donde se analiza la coyuntura política, iniciándose un cambio estratégico que proponía “todas las formas de lucha contra la dictadura”. Esta política se hizo oficial en 1980, e incluía una política de corte militar o armado.

Bajo esta estrategia, durante esa década de 1980 formó parte importante de las jornadas de protesta y de la movilización social opositora. A fines de la década, el partido no ingresó a la Concertación de Partidos por la Democracia, siendo uno de los últimos grupos que llamó a votar NO, en el plebiscito del 5 de octubre de 1988, que definió el fin del régimen militar.

Después del retorno a la democracia, entre 1990 y 2014, el partido fue opositor a los diferentes gobiernos, no logrando tampoco representación parlamentaria. A pesar de eso, en diciembre de 1989 apoyó la candidatura de Patricio Aylwin Azócar, apoyado por la Concertación de Partidos por la Democracia.

Entre el 11 y el 15 de agosto de 1994 el XX Congreso Nacional, el cual eligió un nuevo Comité Central, siendo electa como Secretaria General Gladys Marín, quien fue reelegida en el XXI Congreso del partido realizado entre el 15 y el 18 de octubre de 1998.

En 1998, Gladys Marín fue nombrada candidata para las elecciones presidenciales de diciembre de 1999.

En 2005, tras la muerte de Gladys Marín, el IX Pleno del Comité Central eligió presidente al hoy diputado por el Distrito Nº 13 Guillermo Teillier.

A fines de la década del 2000, se gestó un acercamiento a la centro-izquierda. En junio de 2009, se gestó un pacto electoral contra la exclusión entre el Juntos Podemos Más y la Concertación de Partidos por la Democracia lo cual permitió que presentara candidatos en lista conjunta.

Como consecuencia de ello, en las elecciones parlamentarias de 2009, el partido obtiene 3 diputados, marcando el retorno al Congreso Nacional desde 1973.

Desde abril de 2013, pasó a formar parte de la coalición política Nueva Mayoría y en noviembre de ese año, apoyó la candidatura presidencial de Michelle Bachelet Jeria. En las elecciones parlamentarias de 2013 sumó 3 diputados a su bancada, con lo cual completa un número de 6 parlamentarios.

Durante el gobierno de Michelle Bachelet Jeria (2014-2018), el partido regresa a ocupar cargos ministeriales.

Diputado Teillier visitó a Ennio Vivaldi: “Es muy importante que en un gobierno de derecha haya vuelto a ganar un rector de izquierda”

(Por Natacha Figueroa González / Periodista). Así se refirió Guillermo Teillier, diputado y presidente del Partido Comunista sobre la reelección del rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi. La votación, que ratificó enel cargo al médico docente con un 63,5% de los votos, se llevó a cabo el jueves 10 de mayo y confirmó, según el parlamentario, que el proyecto que triunfó en esa casa de estudios no es el mismo que ha sostenido el ministro de educación en estos primeros meses de gobierno.

Ennio Vivaldi Véjar, médico cirujano reconocido internacionalmente como un referente mundial en la fisiología del sueño, ganó las elecciones con el 63,5% de los sufragios; en tanto su contendor, Patricio Aceituno -el que representaba las ideas conservadoras y de derecha- recibió el 36,5% del apoyo. Más de 2 mil docentes se sumaron al acto democrático, con una participación del 57,64 % del padrón electoral de la Universidad de Chile.

Para el diputado Teillier,  este resultado sería un espaldarazo a las ideas progresistas y de cambio social que se deben llevar a cabo en el país junto a la defensa y promoción de la educación pública.

 Con respecto al sector que representa Vivaldi dentro de la Universidad, el que es abiertamente progresista y de izquierda, el diputado Teillier declaró que es una gran señal para el periodo ya que es posible profundizar los procesos que llevaron a cabo en el gobierno anterior, ahora con más fuerza.

Debido a la relevancia de la elección, el presidente del PC decidió saludar y congratular la tarde del viernes al nuevo rector, por lo que concurrió a su despacho en la casa central de Bello.

 

Ennio Vivaldi, ganó la rectoría con un proyecto que pone en centro a la universidad estatal y su rol en la sociedad, así como su compromiso por la educación pública. La propuesta de Vivaldi, que le permitió imponerse en estas elecciones, se centró en los conceptos de “transdisciplinariedad y equidad”, a través del desarrollo en áreas estratégicas como educación, salud, energía, agua o alimentos y contribuir a una mayor equidad de género tanto en la dimensión individual como en la institucionalidad de la casa de estudios superiores.

Entrevista de Radio U. de Chile a Guillermo Teillier: “Un gobierno progresista no da sin la DC”

(Vía radio.uchile.cl)  El timonel del Partido Comunista está convencido de que la única forma de volver al poder es a través de un acuerdo que vaya desde la DC hasta el Frente Amplio, con el PC como engranaje entre fuerzas progresistas y de izquierda. Teillier repasa acá las fallas del gobierno de Bachelet -como el no cierre de Punta Peuco-, la nueva cara de la derecha y el rol del Tribunal Constitucional (a quienes piensan en acusar constitucionalmente).

Por: Martín Espinoza C.

Guillermo-Teillier

– ¿Un cafecito, compañero Guillermo?

Guillermo Teillier dice que no, pero que gracias, mientras apoya su espalda en el respaldo de su silla. No se le ve tenso.

– Y aprovecho de pedirle una firmita, compañero Guillermo, le dice la misma mujer.

Hay cosas que en el Partido Comunista no cambian y que probablemente se mantendrán como tradiciones por el resto de su historia. Pero hay otras que sí han cambiado, por ejemplo, su táctica. Hace cinco años tomaron la controvertida decisión de aliarse con las fuerzas del conglomerado del cual habían sido históricos opositores, dando forma a la Nueva Mayoría, un proyecto que, según Teillier, no es un conglomerado, pero que sigue enmarcándose dentro de lo que el Partido Comunista promueve: un gran acuerdo de las fuerzas de oposición.

El PC y el gran bloque opositor

¿En qué está el Partido Comunista hoy? ¿Está trabajando alianzas, articulándose como oposición? ¿Hacia dónde tienen puestos sus ojos?

Nosotros estamos por una convergencia política y social muy amplia. Seguimos reuniéndonos con todos los partidos de la Nueva Mayoría -o ex Nueva Mayoría-, salvo la Democracia Cristiana (DC), que está en un proceso de discusión interna compleja y que nos han dicho que no van a participar mientras no tengan el consenso para ello. También hemos iniciado importantes lazos con el Frente Amplio. Han sido buenas las conversaciones que hemos tenido, incluso en la cámara logramos un acuerdo desde la DC hasta el FA para ganar la mesa de la Cámara y la presidencia de las comisiones, lo que es bastante importante.

¿Con qué velocidad avanza este proceso?

Yo creo que poco a poco eso va a ir caminando. No creo que tan rápidamente se puedan conformar acuerdos o pactos. Nosotros buscamos acuerdos sobre puntos concretos. Ahora, indudablemente que en la medida en que se acercan las elecciones municipales y de gobernadores regionales, se van a acelerar las conversaciones, al menos para conformar pactos electorales. Ahora, yo creo que los pactos electorales tienen que ir más allá. Tengo la idea de que, si no nos ponemos todos de acuerdo, podríamos perder todas las gobernaciones, porque los gobernadores se eligen con un 40%. Y en relación a los alcaldes vislumbro el tema muy, muy, muy complejo.

¿Cómo evalúa la experiencia de haber compartido un proyecto programático con la DC?

Bien. Fue complejo porque la DC desde muy temprano empezó a plantear los matices, es indudable que nosotros queríamos avanzar rápido y ellos no. Habían intereses disímiles. Nosotros sabíamos desde un comienzo que armar una convergencia con ese nivel de diversidad era complejo, pero finalmente todos votamos a favor.

¿No es un buen momento este, de la crisis de la DC, como para pactar sin ellos y mirar para otro lado?

Lo pongo en términos prácticos: La DC tiene 14 diputados. El gobierno necesita 6 para tener mayoría en la Cámara. Echamos para afuera a la DC y no tenemos una oposición que pueda lidiar con alguna posibilidad de éxito. Pasarían todos los proyectos del gobierno como por un tubo. Por otro lado, si quisiéramos tener un nuevo gobierno de centro izquierda, progresista, sin la DC yo creo que no da. Conozco harto la historia de Chile y por experiencia sabemos que no da.

En su propuesta de consolidar una fuerza opositora unificada habrían visiones muy heterogéneas. ¿Por qué lo ve factible?

Nosotros fuimos 20 años opositores duros de la Concertación, pero caímos en la cuenta de que había que buscar alguna fórmula para poder entrar en el debate y crear condiciones para seguir avanzando en el proceso de reformas. Yo creo que el Frente Amplio también se va a dar cuenta. La política es un arte. Por razones ideológicas podríamos estar eternamente peleando con la Democracia Cristiana, pero ¿qué sacaríamos?

Se entiende que la táctica del PC para este periodo es hacer alianza con fuerzas progresistas. ¿Cuánto tiempo de proyección le ve el Partido a esa táctica? ¿Cuánto aguanta el PC dentro de una alianza de corte progresista y no una que, en vez de administrar el modelo, aspire a removerlo?

Este modelo está basado en una institucionalidad concreta, que la dejó establecida Pinochet en la Constitución que nos rige. El principal objetivo para este periodo es cambiar la Constitución. Eso, para nosotros, es avanzar en pro del cambio del modelo. Es muy difícil que pueda cambiar el modelo si no cambia la institucionalidad.  Algo se avanzó en el gobierno anterior en hacer conciencia de la necesidad de cambiar la Constitución, pero es una tarea difícil.

Una vez cambiada la Constitución, ¿se evaluaría una nueva táctica?

Es posible que sí, pero si no se cambia en lo sustancial, que tiene que ver por ejemplo con el papel del Estado, es muy difícil. En Chile el Estado no puede nada de aquello que puede hacer el sector privado. El Estado está desmantelado de potestades para, por ejemplo, incidir en el desarrollo y crecimiento del país. No es que queramos expropiar todo, ni desmantelar la empresa privada. Queremos que el Estado tenga un estatus distinto, como incluso ocurre en otros países capitalistas.

En ese contexto, ¿cómo se evalúa el proyecto de Nueva Constitución y el proceso constituyente del gobierno de Bachelet?

El proceso constituyente es difícil porque se necesita para la reforma constitucional un quórum calificado que hoy día no existe. El proyecto que mandó no tiene asidero mientras no se hagan las reformas constitucionales que establezcan cómo se va a discutir la nueva Constitución.

¿Qué de marxista-leninista tiene el Partido Comunista hoy en día?

Mucho. El marxismo sigue siendo una teoría válida. Eso no quiere decir que consideremos el marxismo como una receta de cocina. Es una teoría y hay que adaptarla a las circunstancias, pero es un método para la discusión y la interpretación de la realidad. En relación al leninismo, Lenin aplicó el marxismo en una realidad concreta. Nosotros tenemos que aprender de Lenin a aplicar el marxismo en nuestra realidad concreta. Además, Lenin de alguna manera concibió a los partidos comunistas en su forma de organizarse y de actuar. En ese sentido mantenemos harto del leninismo, pero no es un dogma. Hemos aprendido a ser un partido no dogmático.

¿Es feminista el Partido Comunista?

Por lo menos hemos dejado el machismo de lado, creo. Iguale existe dentro de nuestras filas, como en las de todos los partidos. Lo principal en este caso es reconocerlo y tratar de remediar esa situación. nosotros hemos dado pasos importantes. El Comité Central es paritario. Nos falta dar el paso en los organismo regionales.

Tiempos mejores

¿Cómo van estos primeros días de oposición? ¿Qué reflexiones han llevado y cómo se están organizando?

En el pleno del Comité Central que hicimos en enero vimos que era muy prematuro adelantar cómo nos íbamos a mover frente al gobierno, porque todavía no estaban claras sus líneas de acción. Ahora ha ido quedando más claro. Primero, creo que toda la oposición fue sorprendida por este llamado a las comisiones de trabajo de niñez y seguridad. Nosotros nunca fuimos a la comisión de niñez. Sin embargo, analizamos el tema y decidimos no ir ni aunque nos invitaran, porque el hacerlo fuera del Congreso nos parece muy inapropiado. Además, no creemos que lleguen a planteamientos muy novedosos.

¿Por qué cree que hay personas de partidos de oposición que aceptaron participar?

Todos los partidos, menos el socialista que está en nuestra misma propuesta, están en controversia interna por este tema. Esto nos ha dado la posibilidad de que los partidos de oposición se reestructuren, sobre todo para empezar a tener propuestas conjuntas como partidos de oposición ante temas concretos.

¿Qué temas?

Por ejemplo, en el tema tributario o en el de niñez. Yo podría decir que ya está más claro lo que va a hacer el gobierno. Uno ve el discurso de la última etapa de la campaña, conciliador, algo populista. Tuvieron que tomar los temas de la Nueva Mayoría, entonces este discurso de la unidad nacional se ha ido diluyendo porque ha ido apareciendo la verdadera cara de la derecha, que es siempre la misma. La derecha no ha cambiado. Vienen todos los intentos de cambiar el tema de la objeción de consciencia, el tema de educación superior en el lucro, lo quieren hacer con las reformas laboral y tributaria… Existe una ofensiva al respecto y, además, tuvieron una muy mala caída respecto del tema de derechos humanos y reparación con el injustificado retiro del proyecto que le entregaba una pequeña reparación a los ex presos políticos.

¿No cree que exista cierto nivel de responsabilidad del gobierno anterior por no haber amarrado algunos de los temas que usted acaba de mencionar? Mencionaba el tema del lucro en educación superior, y la ley de aborto tres causales, por ejemplo…

Eso lo tendrán que asumir los ministros o la Presidenta. Respecto al tema de la objeción de consciencia, hay un tema con el Tribunal Constitucional (TC). Lo mismo con el lucro en la educación superior. No es que nosotros lo hayamos dejado pendiente, es que el TC le cambió el fondo a la ley. El TC, desde nuestro punto de vista, ha cometido una falta, por eso hemos presentado un juicio en lo civil, y estamos pensando algo que aparece como insólito: una acusación constitucional contra el Tribunal Constitucional, por haberse desmedido en sus funciones. No cumplió con el papel de armonizar la ley, sino que lo que hizo fue legislar; se atribuye funciones que no le competen. Eso no es responsabilidad del gobierno anterior. Es responsabilidad del Tribunal.

¿Y la agenda de reparación, con este proyecto que bloqueó el oficialismo?

Eso se podría haber cerrado antes. Ahí habría que ver la responsabilidad de todos. Las organizaciones de ex presos también alargaron mucho la discusión. Yo estuve metido en eso, lo sé totalmente. Era difícil conciliar las partes.

¿Y no fue que faltó la voluntad del ministro o la Presidenta?

Me da la impresión de que en ese tema no. Lo que tal vez faltó fue tratar de acoger de mejor manera a las organizaciones de ex presos, que son muchas, y que en oportunidades estuvieron divididas, pero el gobierno podría haberlo hecho a pesar de esa división. En el ánimo de respetar lo que decían los ex presos políticos yo creo que se dilató mucha la discusión.

¿Y con el no cierre de Punta Peuco?

Ahí nuestra crítica es bastante más seria. Eso debió haberse concretado mucho antes. Yo no tengo idea lo que pasó, algún día se aclarará, pero fue un muy mal término de gobierno. Fue bochornoso.

Usted mencionaba que esta derecha que había tratado de dar indicios de unidad, en verdad no era tal, que era la misma derecha de siempre. ¿Es la misma derecha la que gobierna hoy y la que gobernó entre 2010 y 2014?

No es la misma que gobernó con Pinochet, aunque hay algunos que sí. Pero es la misma que gobernó en el primero turno de Piñera. La derecha en esencia no cambia. Ellos defienden determinados intereses y los van a seguir defendiendo independiente de una agenda valórica. Ellos van a seguir defendiendo a las grandes empresas. Ahora, es la misma derecha, pero ha mejorado su táctica. No es que sea una derecha social, si los que componen el gobierno no han cambiado de rango social. Han sabido congeniar sus intereses con la necesidad de atender ciertas demandas que son urgentes en Chile, que no se han resuelto y que difícilmente se van a resolver. Ha surgido cierto populismo de derecha, claramente.

El espectro político que va desde el PC hacia la izquierda tiene un discurso que apela a los y las trabajadoras, al “pueblo”. Según su perspectiva, ¿por qué este “pueblo” vota por la derecha? ¿En qué falla el PC que todavía no logra convocar a la clase trabajadora?

El pueblo también elige a comunistas, pero los comunistas estuvimos 20 años excluidos de la arena política, por eso peleamos por cambiar el sistema electoral. Ahora hay un sistema proporcional que ha cambiado la correlación de fuerzas dentro del Parlamento, y así surgen otras fuerzas de izquierda que no estaban representadas. A los partidos no solo hay que medirlos por la votación que alcancen, sino por la capacidad de hacer alianzas y de buscar acuerdos para hacer programa. El Partido nunca ha tenido crecimientos exponenciales, porque también hay un anticomunismo exacerbado que se ha mantenido como en tiempos de Guerra Fría. Ese anticomunismo también les juega en contra. Hay partidos que han jugado al anticomunismo y que hoy se están dividiendo.

 América

La bancada del PC estuvo ausente en la votación de la Cámara en la que se aprobó el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Uruguay, un tratado que podría ser otro avance en la liberalización económica de la zona. ¿Por qué?

Ese día fue cuando se dio el tema del retiro del proyecto de reparación de los ex presos políticos y estuvo la puesta en escena del diputado Urrutia, que hizo que todos saliéramos. Por eso no estuvimos. Hoy los TLC casi no forman parte de la confrontación ideológica. Forman parte de una nueva realidad mundial respecto a la cual todos tenemos que pensar. La globalización se impuso. Con respecto a lo de Uruguay, teníamos posiciones de organizaciones que estaban muy en contra y, por otro lado, el gobierno de Uruguay, que estaba muy a favor. Uruguay no es ninguna potencia económica que vaya a poner en peligro la economía de Chile. Estábamos en un trance entre lo ideológico y lo práctico, pero no es que hayamos corrido para no votar. Nosotros dijimos: “Nosotros no vamos a entrar a votar mientras no nos pida disculpas este energúmeno”.

Usted conoce a Díaz-Canel, el nuevo Presidente de Cuba. ¿Qué opina de su figura y qué cree que puede cambiar en Cuba con su administración?

He estado en tres reuniones con él. Me parece una persona muy versada en temas de economía, temas internacionales… Conoce muy bien Cuba. Está muy claro de que había que hacer cambios en la economía de Cuba. Hace unos cuatro años, cuando nos reunimos con él y Raúl Castro en Cuba,  me quedó claro que él había estado metido en todo esto de la diversificación de la economía, pero siempre muy claro de que allá el sistema socialista se mantiene. En Cuba han cambiado muchas cosas, pero con Díaz-Canel el sistema socialista no va a cambiar.

¿Esta apertura económica es un avance, un progreso?

Yo creo que sí. Todos los países necesitan la interrelación económica. Antes había una intensa relación dentro de los países socialistas, pero cuando cae la URSS eso se acaba y Cuba entra en una crisis que pudo haber sido terminal.

En Nicaragua se viven días de mucho conflicto. El Presidente Ortega está viviendo su peor crisis en 11 años de gobierno, con manifestaciones importantes, y ante tal ha aplicado la represión de las fuerzas del Estado, dejando decenas de muertos. ¿Debería la izquierda internacional tomar una postura crítica al respecto?

Yo no sé si los gobiernos de izquierda o derecha se caracterizan por el uso de la fuerza pública. Todos tienen que hacerlo por igual. El Estado siempre es represivo. En mi concepción, tiene que desaparecer el Estado. No pidamos que en una etapa de acomodamiento no se vayan a usar estos instrumentos. Yo lamento las muertes en Nicaragua. La izquierda debiera tratar de no usar esos instrumentos que siempre los ha usado la burguesía, pero es complejo y en Nicaragua la situación siempre ha sido compleja. La violencia siempre ha estado presente. Nicaragua es un país que ha tenido un crecimiento sostenido y ha realizado políticas sociales bastante progresistas. Ojalá los esfuerzos que se están haciendo ayuden a restablecer la convivencia pacífica. Ahora, no me sorprendería -porque ya lo ha hecho Estados Unidos en ese y otros países- que haya una mano negra en todo esto.

PC analiza escenario político y se prepara para municipales 2020 en el marco de encuentro nacional

(Por Natacha Figueroa González / Periodista) {Actualizado}

PC realizó su segundo Encuentro Nacional Municipal y de Cores. Este 13 y 14 de abril se desarrolló el evento que reunió a alcaldes, concejales y consejeros regionales comunistas de todo el país. La instancia política y programática contó también con la presencia de los secretarios políticos comunales y regionales.

El encuentro se llevó a cabo en la RM y contó en su desarrolló con el Presidente del Partido Comunista de Chile, diputado Guillermo Teillier. El dirigente realizó una cuenta política previa a la Conferencia Nacional de la colectividad, citada para julio de este año, donde esbozó los principales aspectos del momento político nacional, también de aspectos internacionales como el caso del encarcelamiento de Lula en Brasil y el bombardeo a Siria.

A su vez, el timonel de la colectividad aseguró que el momento actual exige un esfuerzo extraordinario como colectividad para defender los avances sociales del gobierno de Michelle Bachelet y construir la necesaria unidad política y social para retomar el rumbo de los cambios.

El segundo encuentro nacional tuvo por objetivo trabajar y desarrollar la política municipal del partido con miras a las elecciones 2020 de alcaldes, concejales y gobernadores regionales. “Esta política tiene que estar centrada en cómo mejorar la calidad de vida de cada habitante de las distintas comunas”, sostuvo la encargada nacional municipal del PC, Soledad Concha. Además, agregó estar contenta del entusiasmo de los compañeros y compañeras que han participado de este evento.

La encargada nacional municipal informó que el encuentro se organizó en comisiones de trabajo en las que ha estado presente como resolución, la necesidad del desempeño territorial del Partido “siendo parte de las organizaciones sociales, ya sean clubes deportivos, de madres, de adultos mayores, centros culturales”, afirmó Concha.

Soledad Concha además señaló que el desafío de elevar el número de alcaldes y concejales ha estado presente y recorrió todo el evento como un objetivo central. “En el caso de los gobernadores, nuestro partido debería tener una representación importante, ese compromiso se ve reflejado en las distintas intervenciones de los compañeros y compañeras”, concluyó.

Estuvieron presentes los seis alcaldes comunistas electos a nivel nacional, que corresponden a las comunas de Diego de Almagro, Copiapó, Los Vilos, Canela, La Ligua y la comuna anfitriona del encuentro, Recoleta.

El alcalde de Canela, Bernardo Leyton sostuvo que es “importante para ellos asistir, por los temas que se tratan y cómo se plantean las particularidades de cada comuna, lo que nos permite sociabilizar  las vías de solución y cómo queremos que las estructuras del partido participen más activamente en la resolución cuando se produzca alguna controversia”. Junto con esto, Leyton confirmó que el encuentro de este año se centra en planificar lo que va ser el trabajo partidario de cara a las municipales 2020.

Como “positiva”, calificó en tanto Rodrigo Sánchez, alcalde de La Ligua, esta reunión de representantes comunales y regionales. Según Sánchez “es importante trabajar en forma cohesionada territorialmente y apelar a la unidad de acción de todas las fuerzas políticas progresistas y democráticas” ya que sostuvo que si se actúa de forma dividida será difícil enfrentar las elecciones municipales en dos años más. Asimismo, Leyton se refirió a su experiencia comunal donde se ha centrado en el trabajo con el mundo social, “con capacidades propias y otras fuentes de financiamiento, recogiendo las demandas del pueblo, con la participación de la ciudadanía y de dirigentes sociales”.

Las principales conclusiones del encuentro serán expuestas en el próximo pleno del CC que se realizará en las semanas venideras.

Lautaro Carmona in extenso sobre panorama latinoamericano y mundial

(Vía elsiglo.cl) Los triunfos de la derecha y los problemas, unidad y tareas de las izquierdas. Las reelecciones de Putin y Xi Jinping. Una visita a Cuba, al FSP.

Hugo Guzmán. Periodista: Usted estuvo hace unos días en una reunión del Foro de Sao Paulo y una conferencia internacional que organiza el Partido del Trabajo de México. Hace tiempo que a esos eventos no iba un alto dirigente del Partido Comunista de Chile.