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Positivo balance de las movilizaciones por el 1º de mayo e importante llamado de la CUT a la más amplia unidad política, social y sindical

En todo el país nuestro Partido y Juventud presente en la conmemoración del Día del Trabajador organizado por la CUT.

(Vía radionuevomundo.cl). Dignidad en el trabajo, derecho Integral a la seguridad social, una mirada a los desafíos renovados que significan la automatización en emrpesas e industrias, así como  el trabajo migrante, pero principalmente  el fortalecimiento sindical en contraposición a la mirada  economicista de este gobierno, fueron algunos de los puntos que  resaltó en su discurso  la Presidenta de la CUT Bárbara Figueroa durante  acto central de la marcha este 1 de mayo.

Concluida la convocatoria con una gran acto, la propia líder de la multigremial junto con destacar el masivo marco de público que convocó esta marcha, señaló que lo que hace distinta a su organización es la transversalidad  y el cómo han podido poner en la agenda pública no solo temas del mundo del trabajo, sino además las inquietudes que hoy preocupan a toda la nación en el ámbito social y político sin inhibiciones

Respecto a los principales  hitos de su discurso  Bárbara Figueroa señaló que además de concentrar las inquietudes del los diversos gremios y sindicatos del país, sus palabras tuvieron el enfoque de instar a la defensa de lo avanzado, pero también desafiar al país a perseguir y lograr nuevos objetivos en pos del beneficio social.

Estos mismos principios fueron reconocido  por diversas personalidades del ámbito político y social,  entre ellas el Senador socialista e integrante de la comisión del Trabajo de la Cámara Alta Juan Pablo Letelier quien destacó  el sentido histórico de unidad que planteó  la presidenta de la central, principio a su juicio vital para enfrentar a un gobierno de derecha que ha demostrado hasta ahora, solo una intención de precarizar el empleo y debilitar la causa de los trabajadores.

En la oportunidad, el también Senador socialista Álvaro Elizalde  haciendo eco del mensaje de este 1 de mayo, advirtió al Ejecutivo que desde el Congreso no permitirán que vía administrativa se implementen leyes que se opongan a los derechos individuales y colectivos  de los trabajadores, insistiendo además que el lugar en donde deben discutirse  las normas es en el parlamento y no en otras instancias como cree Sebastián Piñera.

Bajo su mirada como ex Ministro de Desarrollo Social, Marcos Barraza rescató de las palabras de Bárbara Figueroa el mensaje directo al gobierno señalando que las organizaciones sociales no permitirán un retroceso ni un desmantelamiento de los avances logrados, así como  el desafío pendiente en torno a construir un modelo previsional solidario y tripartito  para nuestro país.

Entre los principales ejes del discurso de la presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores Bárbara Figueroa, destacaron un respaldo y solidaridad a diversos sindicatos de empresa privadas así como trabajadores del sector público que hoy sufren despidos masivos y agobio laboral, además insistió en denunciar a este gobierno como instigador de un crecimiento que solo se limita a cifras macroeconómicas y no a entregar calidad en el empleo, resaltando finalmente la necesidad de que Chile de una vez por todas logre aprobar una nueva Constitución en donde se consagre el trabajo decente y de calidad y el respecto por una Seguridad Social integra y efectiva para todos los ciudadanos, entre otras materias.

 

El balance de la Anef en medio de la ola de despidos

En el marco del balance por este 1 de mayo, día de los trabajadores, el presidente de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales, Carlos Inzunza, afirmó que fue una convocatoria masiva de organizaciones afiliadas a la Central Unitaria de Trabajadores a lo largo del país, donde pusieron al centro las necesidades del movimiento sindical y todos quienes aspiran a construir un país con mayor justicia social.

El presidente de la Anef agregó que es indispensable que el gobierno instale espacios de diálogo efectivo y también genere espacios de conversación donde reconozca a las organizaciones sindicales como contraparte. Por otro lado, Carlos Inzunza destacó la participación masiva de organizaciones sociales este primero de mayo, tanto del sector público, como privado, las cuales estuvieron presentes, respaldando la convocatoria de la CUT.

El dirigente gremial añadió que en el día internacional de los trabajadores, lograron colocar en la agenda, todos los componentes centrales de las necesidades del mundo del trabajo, tales como avanzar hacia un sistema público que garantice pensiones dignas.

El presidente de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales, Carlos Inzunza, criticó asimismo que el único proyecto concreto expresado por el gobierno en materia laboral, se basa en el criterio de empleo con menores remuneraciones y sin derechos, para que el empresariado tenga mayor disposición a contratar jóvenes.

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El discurso de Bárbara Figueroa Pdta. de la CUT

Las claves del discurso del primero de mayo de la presidenta  de la CUT, Bárbara Figueroa.

Santiago. El siguiente es el texto completo del discurso que brindó la presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores, Bárbara Figueroa, en la marcha de este primero de mayo:

Queremos iniciar nuestras palabras entregando nuestro pésame a las familias de los trabajadores y trabajadoras fallecidos y aún en estado grave, víctimas de la explosión del sanatorio alemán de Concepción.

Queremos entregar nuestro saludo y solidaridad a los trabajadores, trabajadoras y dirigentes del sindicato de tripulantes de LAN, del sindicato de canal 13 y al sindicato de manipuladoras de alimentos de la empresa SANU.

Saludamos y agradecemos a las organizaciones migrantes, trabajadores del sector público, organizaciones y trabajadores de la comunidad LGTBI, trabajadores de la cultura y las artes, trabajadores por cuenta propia, emprendedores, los trabajadores a honorarios, trabajadores del subcontrato, trabajadoras de casa particular y todas y todos los que nos acompañan en esta jornada, reciban nuestro saludo en una nueva conmemoración del día internacional de los trabajadores y trabajadoras, nuestro y vuestro día.

Un fuerte y fraternal abrazo a todos los trabajadores que están cumpliendo turno en estos momentos, a los trabajadores y trabajadoras de los servicios de salud, a los trabajadores de la minería, el petróleo, el transporte, de los medios de comunicación. A todos aquellos trabajadores y trabajadoras anónimos que en este día cumplen labores para permitir que nuestro país pueda seguir funcionando.

Reciban nuestro fraternal saludo también, los comités de allegados y comités de vivienda que hoy nos acompañan, las organizaciones de derechos humanos (AFDD, AFEP) los estudiantes, secundarios y universitarios, las organizaciones de exonerados políticos, la confederación y federación de uniones comunales de adultos mayores.

Saludamos también desde esta tribuna a las autoridades que nos acompañan, diputados y senadores de la república, ex ministros y ministras del gobierno de Michelle Bachelet, los militantes y directivas de los partidos político: del partido socialista, comunista, demócrata cristiano, partido por la democracia, el PRO, partido radical socialdemócrata, el MIR, revolución democrática. Un saludo fraterno para todos ustedes, en la batalla contra la desigualdad y por más justicia social, solo la amplia unidad de todos los sectores sociales y políticos nos permitirá seguir avanzando.

Permítanme un saludo muy especial para nuestros dirigentes, para los sindicatos base, confederaciones y federaciones del mundo privado afiliados a la central unitaria de trabajadores, para nuestras organizaciones del sector público y muy especialmente a nuestras CUT’s provinciales y zonales que a lo largo de nuestro país conmemoran el primero de mayo en sus regiones, provincias y comunas, y a nuestros dirigentes nacionales de la central, este gran colectivo de hombres y mujeres que han puesto todo de sí para llegar a esta gran convocatoria.

Conmemoramos este año, los 30 años de refundación de la central, heredera de un siglo de organización sindical en nuestro país, vaya para todos nuestros valientes dirigentes protagonistas del congreso de agosto de 1988 en punta de Tralca, nuestro más ferviente reconocimiento y nuestro abrazo a la distancia a quienes ya partieron y que fueron forjadores del sindicalismo en nuestro país: Luis Emilio Recabarren, Clotario Blest, Manuel Bustos, María Rozas, Exequiel Ponce, Tucapel Jiménez, entre tantos otros y otras.

Nuestro reconocimiento y agradecimiento también a Gloria könig que año a año nos acompaña en este escenario y al grupo Illapu que estará cerrando esta gran jornada, el arte nacional comprometido con su gente y su pueblo.

Conmemoramos este nuevo primero de mayo enfrentados a un mundo que vive muchas tensiones y guerras que dejan saldos trágicos y son precisamente los y las trabajadores los más afectados. El capitalismo salvaje y los grandes consorcios defienden sus intereses financieros e incluso no trepidan en impulsar el armamentismo como instrumento económico y militar. Las y los trabajadores no podemos ser neutrales ante esta situación.

Resulta imperioso, hoy como ayer, levantar la demanda por la Paz y porque el diálogo y el respeto a la autodeterminación de los pueblos y los estaos sea una realidad plenamente respetada. Es por eso que como Central Unitaria de Trabajadores hacemos el llamado a conformar un gran movimiento por la paz en nuestro continente, para la defensa de los pueblos y para impedir que los intentos por generar conflictos de insospechadas consecuencias, se hagan realidad. Nuestro continente debe ser una zona de paz y la CUT aportará a esta noble causa.

Han transcurrido 132 años desde que se consagrase el primero de mayo como el día internacional de los trabajadores y trabajadoras. 132 años desde que se lograse, gracias a este esfuerzo colectivo, mutilado con la matanza de miles de trabajadores que fueron parte de este esfuerzo, establecer la jornada laboral de 8 horas. Más de cien años han pasado desde esos hechos y hasta el día de hoy, la tarea por reivindicar el rol de los trabajadores y nuestros derechos sigue tan viva y presente como en 1886.

Nos reunimos este primero de mayo bajo la consigna “Chile necesita al pueblo unido”, tal como el año 2017, reivindicamos desde este espacio la tarea primera a la que estamos convocados todas las fuerzas sociales y políticas que anhelamos construir un país con más justicia social: la unidad.

Hemos aprendido a duros golpes, que solo con la más amplia unidad es posible hacer realidad nuestras demandas y reivindicaciones y que cuando fallamos en este esfuerzo no solo se retrasan nuestros objetivos sino que sometemos a miles a una espera innecesaria y desesperanzadora. Es por ello que nos hemos convocado este 2018 bajo la misma consigna del año pasado, pues la tarea de ayer sigue siendo la del presente y mientras ello no logremos hacerlo carne, seguirá siendo -desde nuestra humilde trinchera- el llamado permanente al que nos convocamos.

Conmemoramos este primero de mayo, además, con la llegada hace 52 días de un nuevo gobierno, encabezado por la derecha. Lo hemos dicho siempre: no da lo mismo quien gobierne.

Nuevos desafíos políticos y sindicales marcarán nuestros pasos en los años que vienen. La tarea por derrotar las profundas desigualdades en nuestro país y de las que somos directas víctimas, sigue siendo nuestro objetivo principal. Pero qué duda cabe que junto con seguir trabajando por la superación de la desigualdad y las discriminaciones, resguardar los avances obtenidos en los últimos años es también una tarea de primer orden si pretendemos ir más allá en la garantía de derechos.

Debatimos durante tres años una reforma laboral que pese a dos años de revisión en el parlamento fue llevada por la derecha al tribunal constitucional, con el solo objeto de vulnerar el mandato soberano sobre derechos colectivos. Así fue que debimos enfrentar, en esta instancia, la insistencia de parlamentarios de derecha por: eliminar la titularidad sindical, el derecho del sindicato a decidir sobre la extensión de beneficios, el derecho a negociar de los sindicatos interempresa, el derecho a huelga sin reemplazo, es decir, sobre los instrumentos claves de la nueva legislación.

No obstante ello, y pese a todos los obstáculos, se pudo promulgar este nuevo marco de relaciones laborales, y a un año de su implementación, estamos frente a la amenaza que estos nuevos instrumentos se vulneren, ya no por la vía del debate parlamentario, sino por la vía de dictámenes, transformando a la dirección del trabajo en un apéndice del gobierno y lo más complejo de todo, en un instrumento al servicio de los empresarios. Poniendo, nuevamente, el poder del dinero como el problema central en las relaciones laborales.

Frente a los anuncios y actuar de la nueva autoridad, nuestro mensaje es claro: si se pretende hacer cambios a la legislación laboral, solo podrá ser vía leyes que estos cambios operen. No hay facultad en la dirección del trabajo, para reponer mecanismo de negociación a los grupos, ni puede –vía definición de servicios mínimos- afectarse el derecho a huelga, tal como lo reafirman los fallos últimos de la corte suprema.

En materia de derechos colectivos nuestra posición es una sola: falta restituir derechos, como la negociación sectorial, en ningún caso retroceder en lo avanzado. Insistir en reponer debates zanjados durante el último año, solo puede tener como explicación, la insaciable hambre por ganar a costa de los derechos de los trabajadores.

Desde nuestra perspectiva, el trabajo decente es la gran tarea que debemos atender y debiese ser la prioridad de cualquier agenda laboral. Y en esto, permítannos solo una reflexión, no solo se trata de avanzar en más empleo formal o disminuir el trabajo informal, es por sobre todas las cosas, asumir que el trabajo decente requiere de un principio básico, que es valorar y dignificar al trabajador como sujeto de derechos.

Lo hemos dicho en cientos de oportunidades, hacer justicia con los derechos de los trabajadores no es solo hacer lo correcto, es por sobre todo abrir paso a una sociedad con más armonía, es permitir que nuestra gente y nuestras familias puedan vivir mejor, es asegurar el derecho de todos y todas a vivir una vida digna. Hacer efectivo el discurso que “Chile es la casa de todos”, porque lo cierto es que hoy, esta casa que a todos nos alberga, a algunos les da enormes garantías mientras otros están consumidos en la pobreza o esclavos de las deudas.

Sabemos que avanzar al cumplimiento de este objetivo no se resuelve de un día para otro, tenemos plena conciencia que avanzar hacia un Chile con más justicia social nos convoca no solo a un debate de derechos sino también de responsabilidades. Hemos expresado con claridad nuestra voluntad de diálogo, nuestra disposición a ser una contraparte activa en los debates nacionales, a ponernos a la altura de los desafíos y contribuir con propuestas, pero esta voluntad la ponemos a disposición de un trato serio y respetuoso, que no vulnere los canales de la democracia y que permita el legítimo debate de las diferencias.

En tiempos en que la legitimidad de las instituciones sigue en tela de juicio, haber sido triunfador en una elección no es suficiente para pretender imponer cambios o giros radicales respecto de lo hecho, más aún cuando se ha sido activo en las campañas de desprestigio de las autoridades e instituciones. Los mismos votos que le han dado el legítimo triunfo a este gobierno en las urnas, le dieron mayoría en el parlamento a sectores de oposición.

Y digámoslo con todas sus letras, no solo se trata de hacer las cosas mejor para recuperar la legitimidad de las instituciones, se trata también de no ser cómplice de un clima de odiosidad y violencia, utilizando un lenguaje que por un lado llama al diálogo pero que, por otro, valida la discriminación, caricaturiza la relación con los actores sociales o asume con “naturalidad” la creación de referentes que ensalzan la matanza y desaparición de chilenos.

En un escenario como este, el rol de los actores sociales y gremiales se torna clave, pues de ello puede depender la legitimidad de las políticas públicas que se pretendan impulsar. Bajo este diagnóstico es que señalamos nuestra disposición al diálogo, pero un diálogo donde exista un real reconocimiento del rol que jugamos en la sociedad y donde no se pretenda suplantar las representaciones. La CUT no es de trinchera, está por el diálogo, pero un diálogo real.

A 52 días del nuevo gobierno si bien se han realizado anuncios, ingresado algunos proyectos al parlamento y constituido comisiones, hemos sido testigos de la modificación -vía protocolo de objeción de conciencia- de la ley de interrupción del embarazo en tres causales; se ha señalado por parte del ministro de educación el perdón del gobierno a los sostenedores privados y reafirmado la posibilidad de lucro en educación superior; se detiene el avance de leyes como la de identidad de género; se reabre la votación sobre el proyecto Dominga y se habla de modificaciones a la reforma tributaria para devolverle garantías a los grandes empresarios.

En menos de dos meses, la prioridad del gobierno ha estado puesta en los mecanismos que le permitan retrotraer el alcance de las reformas del gobierno anterior, ¿es a esto que nos tendremos que acostumbrar cada vez que cambie un gobierno?, si es así, estamos condenados a vivir en un permanente circulo vicioso, donde el desafío de mirar hacia el futuro será solo un slogan de campaña para captar votos.

En materia laboral, sabemos que hay grandes y nuevos desafíos a los que debemos enfrentarnos, que están cambiando las características del mundo del trabajo; fenómenos como la automatización, robotización, incorporación de nuevas tecnologías, digitalización e inteligencia artificial, no son debates del futuro, son desafíos que caminan con nosotros en este tiempo. No somos ingenuos y no podemos pretender que se detengan los cambios porque nosotros no nos hagamos cargo.

Nos preocupan, tanto como al mundo empresarial, estos debates y queremos ser protagonistas de estos procesos, pero a diferencia de lo que algunos pretenden imponer, para nosotros el debate no es sobre mayor flexibilidad, es sobre todo respecto de la calidad del empleo y sobre los mecanismos que como país desarrollaremos para permitir que el avance tecnológico no profundice la desigualdad en el mundo del trabajo. Sabemos que la denominada revolución 4.0 llegó para quedarse y nuestro debate como país no es cuándo llegará sino de qué manera impedimos que sean unos pocos los que se beneficien de ello.

No nos confundamos, comprender los desafíos de futuro, no nos hace olvidar nuestras demandas históricas por más dignidad y mejor distribución de los recursos que nosotros mismos generamos. Los trabajadores hemos sido, somos y seremos la principal riqueza de cualquier sociedad, los nuevos desafíos de la revolución 4.0 no nos quitan esa naturaleza, sino que nos obligan a profundizarla.

Hasta ahora, un elemento distintivo en nuestro país, es que se automatizan labores que ya han sido precarizadas, por ejemplo vendedores en el sector retail, cajeros en el supermercado, autoservicio para pesar alimentos; o como ocurre en el caso de la línea 6 del metro, donde no hay una sola persona que intermedie entre el pasajero y el carro del tren. Si miramos estos ejemplos, son precisamente las labores externalizadas de las empresas las que se han automatizado de manera más rápida. Resulta legítimo, entonces, asumir este debate con todas las implicancias que tiene, no solo respecto de productividad sino también del cómo no dejar a nadie fuera.

El debate no es sobre más o menos flexibilidad, pues nuestro país ya cuenta con suficiente flexibilidad hoy. El debate es sobre trabajo decente y condiciones de vida de los trabajadores y trabajadoras.

Vinculado con estos desafíos, debemos discutir de manera urgente, y mucho más efectiva, sobre formación para la vida y el trabajo. Ya no es posible seguir hablando de capacitación sin que ello este estrechamente vinculado con el desafío de la educación en nuestro país. Ha llegado el momento de hacernos cargo de una política de formación continua y un sistema nacional de intermediación laboral que esté a la altura de los desafíos que tenemos.

Frente al anuncio de que oficios, labores y profesiones tienen potencial riesgo de desaparecer y nuevas áreas se desarrollarán, la única manera de hacer un tránsito inclusivo es que el estado y los actores del mundo del trabajo nos atrevamos a debatir sobre ello, pero también sobre lo que nunca nos hemos atrevido a debatir de conjunto hasta ahora: nuestro modelo de desarrollo y nuestras expectativas de crecimiento a largo plazo.

Enfrentar los nuevos desafíos del mundo del trabajo, sin mirar el tipo de desarrollo que estamos promoviendo, sin revisar si nuestro actual modelo es capaz de responder a estos nuevos desafíos, sería un error garrafal. Creer que el problema es solo más y mejor capacitación o diálogo con las empresas para saber qué y cómo automatizaran, sería hacer una lectura muy limitada. Debates sobre nuevas tecnologías y revolución tecnológica es hablar también y en primer lugar del para qué, qué sentido tiene estos avances y qué tipo de sociedad es la que aspiramos construir a partir de estas nuevas oportunidades. En este debate no pueden estar ajenos los trabajadores, pues es nuestra dignidad y nuestras oportunidades lo que se juega en estos cambios.

Nuestra apuesta es por un modelo de desarrollo sostenible, que nos provea crecimiento económico con un profundo respeto por los derechos sociales y un irrestricto cuidado medioambiental.

No obstante, así como tenemos nuevos y relevantes desafíos que enfrentar, no podemos hacer este camino si no abordamos también las deudas de arrastre que aún nos duelen y que acarreamos por décadas. Una de estas deudas es la que tenemos con las mujeres y su incorporación en equidad e igualdad al mundo del trabajo, siendo el 52% de la población no resulta sostenible perpetuar los obstáculos para su incorporación al trabajo, más aun cuando la comisión nacional de productividad nos señala que incorporar 900 mil mujeres al mercado laboral aumentaría el PIB en un 6%.

La universalidad del derecho a sala cuna ha sido una demanda histórica del movimiento sindical, pues sabemos que es uno de los grandes obstáculos que impiden nuestra mayor participación. Saludamos que esta deuda del estado de chile con las mujeres se aborde, pero no aceptaremos que se vuelva a proponer como mecanismo de financiamiento el uso de los fondos del seguro de cesantía para financiar este derecho.

No apoyaremos políticas públicas que se financien a costa de otras políticas de seguridad social. si es necesario evaluar qué hacer con los fondos del seguro de cesantía, aumentar el nivel de prestaciones debería ser la primera prioridad y no financiar de nuestros mismos bolsillos el derecho a sala cuna.

Debatir sobre el futuro del trabajo mientras cargamos con pensiones inferiores al sueldo mínimo en un 81%; altos niveles de fatalidad en el trabajo y aumento cada vez más preocupantes de enfermedades profesionales, particularmente en salud mental, sería negar una parte fundamental del debate.

Ante el anuncio del ingreso de un nuevo proyecto sobre pensiones, como central hemos decidido conformar una comisión en que dirigentes sindicales, organizaciones de adulto mayor y profesionales, presentaremos propuestas que permitan incorporar la mirada de todos los actores al debate, donde uno de los principios fundamentales es garantizar que toda iniciativa cumpla con los estándares mínimos de la OIT en materia de seguridad social. No podemos permitir que en una materia tan trascendental para quienes han entregado su vida al desarrollo de Chile, lo que prime sean los intereses políticos o la defensa de los intereses de las AFP.

Como CUT no entendemos el desafío de las pensiones, aislado de otras políticas y garantías, es por esto que nuestro llamado es a construir una política de seguridad social en chile basada en la solidaridad. que aborde desde la protección a la maternidad hasta pensiones justas al momento de retirarse del trabajo, pasando por el debate sobre seguridad y salud en el trabajo, seguro de cesantía, entre otros. Insistiremos, en este sentido, en que chile debe ratificar el convenio 102 de la OIT.

Si bien debemos trabajar con celeridad para darle soporte técnico a nuestras propuestas, no puede haber un asomo de duda sobre nuestra aspiración: queremos pensiones justas, ese es nuestro objetivo y para ello debe haber igual aporte de empleador y trabajador, el sistema debe basarse en la solidaridad (intergeneracional e intrageneracional), no se puede permitir el lucro con nuestros fondos, empleadores y trabajadores deben supervisar la administración de los fondos y ser consultados sobre su uso, con una fuerte institucionalidad pública; un sistema que debe garantizar una pensión mínima que no puede ser inferior al ingreso que le permita a un jubilado no caer en la pobreza.

Ninguno de estos principios los puede sostener el sistema administrado por las AFP’s, por tanto sería una provocación a los trabajadores, proponer una reforma al sistema que signifique poner más recursos en el actual modelo. En esto no hay dos voces en el sindicalismo, ni un peso más a las AFP’s es nuestra demanda y nuestra batalla, terminar con las administradoras de fondos de pensiones.

Como podemos ver, nuestra agenda de temas es amplia y nos invita a estar alerta en los debates y desafíos de futuro, sin olvidar a quienes han sido los permanentes postergados y excluidos. Es por ello que, insistimos, hablar de desigualdad no es solo hablar de derecho al trabajo, es reconocer al trabajador como sujeto de derechos.

Como el derecho a un salario justo. En un país donde el 71,1%n de los hogares destina sus ingresos a pagar deudas, el tener salario no garantiza que una familia deja de ser pobre o que puede vivir dignamente. Cuando la demanda social nos impone el exitismo y la capacidad de consumo como la gran muestra de ese éxito, no podemos asombrarnos que terminemos siendo esclavos de las tarjetas, qué es aquello sino esclavitud moderna.

Nos dirán que se debe aprender a vivir con lo que se gana, pero lo que no se dice es que en Chile una familia de 4 o 5 integrantes donde solo hay un trabajador por hogar, debería ganar entre 420 mil y 500 mil pesos para salir de la pobreza, eso contrasta radicalmente con los salarios promedios en que más de la mitad de los trabajadores gana menos que eso.

Si realmente se pretende enfrentar la superación de la pobreza en nuestro país, eso debe ser mirando la pobreza en sus múltiples dimensiones y asumir con toda la gravedad que implica, el hecho de que tener salario, no significa salir de la pobreza. En Chile, ser trabajador y pobre no solo no es contradictorio sino que es casi una condición necesaria para el modelo de desarrollo que tenemos. En el Chile de los 20 mil dólares percapita, la desigualdad es una necesidad del modelo de desarrollo neoliberal.

Pretender hablar del trabajo solo a partir de demandas como el trabajo desde la casa, la jornada flexible, el estatuto de los jóvenes trabajadores o de los adultos mayores, es decirle a la sociedad que los trabajadores hemos resuelto nuestras necesidades básicas y que llegó el tiempo de hablar de nuevos temas, cuando la realidad no es tal.

Es mentirnos en nuestra cara diciéndonos que estamos bien, cuando sabemos y vivimos diariamente que no es así, no es así cuando nos levantamos de madrugada para ir a nuestros trabajos y el transporte está muy lejos de garantizar condiciones dignas, no es así cuando tenemos una urgencia y sufrimos la impotencia de no contar con salud oportuna, no es así cuando llegamos a nuestras casa y debemos compartir techo con una o dos familias más pues no alcanza el ingreso para tener casa propia, afectándose incluso el tiempo de intimidad con nuestros compañeros y compañeras.

No es así, cuando en una negociación colectiva por mejores condiciones laborales, los empresarios están dispuestos a perder 25 millones de dólares, en vez de mejorar las condiciones de sus trabajadores como ocurrió con los compañeros y compañeras de LATAM.

Ese es el Chile que viven miles de trabajadores a lo ancho y largo de nuestro país. No es que queramos todo gratis, no es que seamos abusadores, no es que vivamos en el pasado. Queremos dignidad: salarios justos, derecho al descanso, a la educación, a la salud, a la vivienda, al transporte digno. Queremos que nuestro aporte al desarrollo de chile sea reconocido y se nos trate con respeto.

Este es el Chile desigual del que hablamos, el del trabajador y trabajadora que, incluso sin darse cuenta, hoy se siente libre pese a ser un esclavo, aquel que no puede siquiera pensar en pelear por mejores condiciones en su trabajo porque el temor no es al despido, es a estar en DICOM por no poder pagar deudas si se queda sin salario; es por ellos que hablamos nosotros, los organizados, los que hemos dado el paso de defender sus derechos. Por ellos existimos y seguiremos existiendo las organizaciones sindicales, le guste o no a los gobiernos; pues de otra forma, no se habría logrado nunca regular la jornada laboral, ni se habrían establecido leyes que resguarden la seguridad en el trabajo y el respeto a la vida.

Sin embargo, nuestra tarea no se limita solo a dar cuenta de nuestras necesidades más inmediatas. Como central unitaria de trabajadores tenemos plena conciencia de que hay luchas y demandas que si no asumimos de conjunto con otros actores, los desafíos aquí señalados, no podrán avanzar al ritmo que se requiere.

Estuvimos junto a los estudiantes el 19 de abril marchando en todo Chile, pues defender el derecho a la gratuidad en la educación no es solo una demanda estudiantil, es en primer lugar una demanda de los trabajadores y trabajadoras, pues no puede ser nuestra capacidad de pago la que determine la educación a que nuestros hijos pueden acceder.

Somos parte del movimiento el litio para chile, pues no queremos volver a vivir lo que sufrimos con el salitre en su momento y lo que puede ocurrirnos con el cobre si persistimos en una política extractivista; asumimos como propia las banderas de las organizaciones y comunidades que lucha por el derecho al agua, el vital suministro que ya hoy en algunas comunas y provincias de nuestro país escasea.

Compartimos las demandas de las organizaciones territoriales que piden que los proyectos empresariales sean respetuosos de sus comunidades y de su medio ambiente.

Pero sabemos que de todas las batallas, la principal a la que estamos desafiados en este tiempo, es la demanda por una nueva constitución para nuestro país. muchos se preguntarán porqué para la CUT es tan relevante este tema, otros buscarán caricaturizar nuestro rol acusándonos de políticos por estar preocupados de estos temas, pero la experiencia presente nos ha mostrado en toda su magnitud la importancia de contar con una constitución que sea capaz de atender las necesidades que hoy tenemos como país.

Mientras no tengamos una constitución que garantice el derecho a la educación como un derecho fundamental, seguiremos siendo presa de las voluntades de los gobiernos de turno para avanzar o retroceder en este derecho. Mientras la constitución no establezca como obligación del estado el trabajo decente, seguiremos dependiendo de la voluntad de las autoridades y nuestra capacidad de lucha para asegurar este derecho básico. La constitución no es solo un marco de deberes y derechos, es por sobre todas las cosas, la expresión concreta del tipo de país que queremos ser.

El proceso político reciente nos demostró en los hechos que no basta con conformar una mayoría política y social dispuesta a avanzar en transformaciones profundas para chile, pues mientras en la constitución se mantenga la existencia de un tribunal constitucional contramayoritario, que sea muro de contención de estos avances, la demanda por una nueva constitución estará más viva que nunca.

Los planteamientos que hoy hemos reafirmado en este primero de mayo, son la carta de navegación que hemos construido colectivamente con nuestras estructuras y es la hoja de ruta con la que enfrentaremos este nuevo período, pero entendemos que así como es muy importante que las organizaciones cuenten con plataforma y programas, solo podremos avanzar si somos capaces de poner como primera prioridad de nuestras agendas la unidad en la acción. Como movimiento sindical hemos aprendido de nuestros propios errores y hoy es claro que estamos frente a un país y una ciudadanía que exige mucho más de nosotros que hace un par de años.

La demanda por mayor probidad, por más transparencia, por efectivo acceso a la información de todos y todas, son condiciones básicas en este tiempo para que todas y todos puedan participar de los procesos y las definiciones. ya no es suficiente con entregar la información, el desafío es abrir las puertas para que todos aquellos que deseen participar y contribuir en la tarea, puedan hacerlo. Chile cambió y ese cambio no es cosmético, no fue el resultado solo de un proceso electoral hace cuatro años, es la demanda real y efectiva por garantía de derechos y por ser parte de esta construcción.

Lo que requerimos es una profundización de nuestra democracia, y con ella el fortalecimiento de la red social que la sustenta; atentar contra los derechos sindicales, atentar contra los sindicatos, es atentar contra la democracia misma y transformarla en una cáscara vacía. Ya lo sabía la dictadura militar al tratar de cosificar el sindicalismo y prohibir las federaciones estudiantiles. Sin una mayor democracia, la manera de resolver los problemas es por medio del conflicto social.

Lo decíamos en líneas arriba, el fondo y la forma son claves en estos tiempos. No puedo denunciar como mala práctica que familiares estén en un gobierno y luego pretender olvidar esta crítica y pedirle a un hermano que sea embajador; no puedo exigir respeto por el parlamento siendo oposición y hoy pretender “saltarse” el debate parlamentario porque no tengo mayorías; no puedo convocar a acuerdos nacionales solo con quienes me acomoda discutir y sin escuchar a las organizaciones sociales. Este no es el Chile más democrático y participativo que entre todos hemos forjado y que, entre otras cosas, demanda coherencia entre el decir y el hacer de sus autoridades.

Ponemos especial atención en este punto pues entendemos y asumimos que no es obligación de los gobiernos hacer o asumir todo aquello que los actores sociales planteamos. No pretendemos nosotros que un gobierno se someta al control de las organizaciones. Sin embargo, lo que no podemos hacer en una sana democracia, es pretender suplantar las organizaciones o poderes del estado cuando ellos no comparten mis posiciones. No podemos livianamente acusar a los jueces de “izquierdistas” pues en ello se pone en tela de juicio la valoración que tiene el propio gobierno de la democracia y autonomía de las instituciones y poderes.

Enfrentados al peligro de volver a tiempos en que la democracia pierde sentido y valor, nuestro llamado como central unitaria de trabajadores es a defenderla, a defender la democracia y cuidar nuestras instituciones.

En esta tarea, como CUT, sabemos que no solo basta contribuir con el buen diálogo, es necesario seguir trabajando incansablemente por organizar más, por volver a darle toda la importancia que tiene a lo colectivo, al desafío de organizarse con otros y enfrentar juntos y no separados las oportunidades y obstáculos que se puedan presentar.

En tiempos en que se insiste en poner lo individual por sobre lo colectivo, nosotros hacemos el llamado a organizarse, a no dejar de confiar en el otro, a convencernos de que solo podremos avanzar en mayor bienestar si lo hacemos de la mano con miles más. Como central, la responsabilidad está clara, debemos avanzar en la más férrea y amplia unidad social y política para defender lo logrado y debemos seguir creciendo porque de ello depende cuanto más podamos avanzar.

Unidad desde la diferencia, reconociendo nuestros puntos de encuentro y también nuestras distancias, cuidando nuestra diversidad y valorando lo que cada uno es y representa, pues solo así podremos no solo converger en las mejores propuestas para nuestro pueblo, sino por sobre todo podremos devolverle la esperanza a millones de chilenos y chilenas que hoy nos miran con distancia.

No hay un solo ciudadano que desee vivir con la angustia permanente sobre el futuro, es a ellos a quienes debemos re-encantar y cautivar para que sean parte de este gran proyecto por la justicia social. Chile necesita más que nunca al pueblo unido y nos exige todas nuestras voluntades para avanzar en este camino.

Como Central Unitaria de Trabajadores asumimos con humildad pero con mucha convicción esta tarea, nos comprometemos a trabajar incansablemente por un proyecto de sociedad que a todas y todos nos convoque y que defenderemos en las calles todas las veces que sea necesario.

La invitación a ustedes es que vuelvan a sus hogares, sus trabajos, sus barrios, sus familias y les cuenten que la clase trabajadora no baja sus brazos y que pese a las dificultades, nos ponemos una y mil veces de pie para defender lo que con lucha y esfuerzo hemos ganado.

Vamos a combatir la desesperanza, vamos a combatir la indiferencia, convoquemos a todas y todos a ser constructores de nuestro futuro, pues solo unidos es que podremos torcerle la mano a la injusticia.

Mil veces venceremos!!

Discurso de Bárbara Figueroa Presidenta de la CUT 1° de mayo 2018

Delegación del Partido visita Cuba y son invitados a multitudinaria conmemoración del 1º de mayo

Actividades de Guillermo Teillier, Lautaro Carmona y Claudia Pascual en La Habana.

(Vía Equipo ElSiglo.Cl). Comenzaron las actividades en Cuba de los dirigentes del Partido Comunista de Chile (PC), Guillermo Teillier, Lautaro Carmona y Claudia Pascual, país al que viajaron el fin de semana pasado.

El presidente, secretario general e integrante de la Comisión Política del PC, respectivamente, participaron la mañana de este martes en el multitudinario acto del 1 de Mayo por el Día Internacional de los Trabajadores, realizado en la Plaza de la Revolución en la capital habanera.

Así también, Teillier, Carmona y Pascual se reunieron con José Ramón Balaguer, jefe del Departamento de Relaciones Internacionales y miembro del Secretariado del Partido Comunista de Cuba (PCC), con quien trataron temas de Chile y Cuba, y de la situación en América Latina.

Tuvieron asimismo, un encuentro con Ana María Machado, vicepresidenta de la Asamblea Nacional del Poder Popular en el remozado y restaurado edificio del Capitolio, nueva sede del Parlamento cubano.

Guillermo Teillier, Lautaro Carmona y Claudia Pascual fueron recibidos por la Secretaria General y directivos de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).

La delegación del PC realiza una visita a Cuba a invitación del PCC y permanecerá en ese país hasta finales de esta semana.

Emotiva ceremonia: Memorial en playa La Ballena, comuna de La Ligua, en recuerdo y homenaje a Marta Ugarte Román víctima de la represión política en la dictadura

El memorial en playa La Ballena, comuna de La Ligua. Recuerdo y homenaje a Marta Ugarte Román, víctima de la represión política en la dictadura cívico – militar.

El pasado sábado 28 de abril del presente año, La Ilustre Municipalidad de La Ligua, la Mesa Regional de Cultura, Memoria y Derechos Humanos y el Partido Comunista de Chile, inauguraron el quinto memorial de la “Ruta de la Memoria, Región Valparaíso”, que en esta ocasión recordó a Marta Ugarte Román; profesora chilena, detenida y asesinada por la DINA durante la Dictadura Cívico–Militar. Miembro de la dirección clandestina del Partido que enfrentaba a la dictadura. Póstumo y merecido homenaje a quien con su brutal caso marcó un antes y un después en la lucha contra las violaciones a los derechos humanos, develando el caracter terrorista de  los servicos de seguridad y el triste rol de la prensa oficial de la época junto a conspiscuos periodistas.

PARTIDOS DE OPOSICIÓN DE LA RM SE UNEN PARA INICIAR TRABAJO CONJUNTO

Declaración Pública:

Los partidos políticos de la Región Metropolitana, ubicados en la oposición al actual gobierno, expresan la voluntad de llevar adelante un trabajo conjunto y mantener una coordinación política permanente, en un marco de respeto y tolerancia hacia las legítimas diferencias que representamos, con el objetivo de apoyar y defender las demandas legítimas de la ciudadanía. Defenderemos todo lo que se ha avanzado en los últimos años, como por ejemplo los derechos de las Mujeres, los Estudiantes y Trabajadores. Nuestro énfasis será trabajar por los más postergados y desposeídos de nuestro país, por más democracia, y por más y mejor participación ciudadana en todos los ámbitos de la vida pública.

Estamos convencidos de la indispensable unidad política y social del pueblo, como el camino que permitirá la anhelada justicia social, en un Chile más inclusivo, junto a un desarrollo con equidad y sustentable para las actuales y futuras generaciones de nuestros pueblos, que bien merecemos quienes habitamos nuestro extenso territorio.

Estamos convencidos de la necesidad de discutir con franqueza las demandas legítimas de los chilenos y las chilenas; lo haremos de cara a nuestra región y al país, con el firme propósito de trabajar por acuerdos amplios y compartidos, con un alto nivel de vinculación con los movimientos sociales que nos permita actuar en conjunto y de manera oportuna, así como interpretar y defender la demanda de los sectores sociales que reclaman sus legítimos derechos, por un Chile más justo, más solidario, con más igualdad y justicia social.-

Expresamos la voluntad política de impulsar la coordinación de diversas iniciativas a nivel regional, comunal e inter-comunal; realizando mesas de conversación y debate sobre los temas del territorio y de las políticas públicas de interés social, en ámbitos como Cultura, Salud, Educación, Trabajo, Seguridad y Protección Social, y todas aquellas  materias que permitan la participación ciudadana como motor de desarrollo de nuestras comunidades.

Las recientes experiencias electorales nos indican que la mayoría de los ciudadanos y las ciudadanas esperan que actuemos en forma unitaria, sin sectarismo, con respeto a las legitimas diferencias que representamos, y fundamentalmente, actuando con altos estándares de probidad y responsabilidad. Todos debemos aportar lo mejor para engrandecer a nuestro país, Chile merece Más.

 

Manuel Urrutia, Pdte. Regional Partido Socialista

Manuel Hernández,  Partido Comunista

Patricio Mercado, Pdte. Regional partido Demócrata Cristiano

Raúl Rivera, Pdte. Regional Partido Radical

Jaime Escudero, Pdte. Regional PPD

Bernardo Almuna, Pdte. regional partido País Progresista

Patricio Arriagada, Pdte. regional partido Mas Ciudadanía

Entrevista de Radio U. de Chile a Guillermo Teillier: “Un gobierno progresista no da sin la DC”

(Vía radio.uchile.cl)  El timonel del Partido Comunista está convencido de que la única forma de volver al poder es a través de un acuerdo que vaya desde la DC hasta el Frente Amplio, con el PC como engranaje entre fuerzas progresistas y de izquierda. Teillier repasa acá las fallas del gobierno de Bachelet -como el no cierre de Punta Peuco-, la nueva cara de la derecha y el rol del Tribunal Constitucional (a quienes piensan en acusar constitucionalmente).

Por: Martín Espinoza C.

Guillermo-Teillier

– ¿Un cafecito, compañero Guillermo?

Guillermo Teillier dice que no, pero que gracias, mientras apoya su espalda en el respaldo de su silla. No se le ve tenso.

– Y aprovecho de pedirle una firmita, compañero Guillermo, le dice la misma mujer.

Hay cosas que en el Partido Comunista no cambian y que probablemente se mantendrán como tradiciones por el resto de su historia. Pero hay otras que sí han cambiado, por ejemplo, su táctica. Hace cinco años tomaron la controvertida decisión de aliarse con las fuerzas del conglomerado del cual habían sido históricos opositores, dando forma a la Nueva Mayoría, un proyecto que, según Teillier, no es un conglomerado, pero que sigue enmarcándose dentro de lo que el Partido Comunista promueve: un gran acuerdo de las fuerzas de oposición.

El PC y el gran bloque opositor

¿En qué está el Partido Comunista hoy? ¿Está trabajando alianzas, articulándose como oposición? ¿Hacia dónde tienen puestos sus ojos?

Nosotros estamos por una convergencia política y social muy amplia. Seguimos reuniéndonos con todos los partidos de la Nueva Mayoría -o ex Nueva Mayoría-, salvo la Democracia Cristiana (DC), que está en un proceso de discusión interna compleja y que nos han dicho que no van a participar mientras no tengan el consenso para ello. También hemos iniciado importantes lazos con el Frente Amplio. Han sido buenas las conversaciones que hemos tenido, incluso en la cámara logramos un acuerdo desde la DC hasta el FA para ganar la mesa de la Cámara y la presidencia de las comisiones, lo que es bastante importante.

¿Con qué velocidad avanza este proceso?

Yo creo que poco a poco eso va a ir caminando. No creo que tan rápidamente se puedan conformar acuerdos o pactos. Nosotros buscamos acuerdos sobre puntos concretos. Ahora, indudablemente que en la medida en que se acercan las elecciones municipales y de gobernadores regionales, se van a acelerar las conversaciones, al menos para conformar pactos electorales. Ahora, yo creo que los pactos electorales tienen que ir más allá. Tengo la idea de que, si no nos ponemos todos de acuerdo, podríamos perder todas las gobernaciones, porque los gobernadores se eligen con un 40%. Y en relación a los alcaldes vislumbro el tema muy, muy, muy complejo.

¿Cómo evalúa la experiencia de haber compartido un proyecto programático con la DC?

Bien. Fue complejo porque la DC desde muy temprano empezó a plantear los matices, es indudable que nosotros queríamos avanzar rápido y ellos no. Habían intereses disímiles. Nosotros sabíamos desde un comienzo que armar una convergencia con ese nivel de diversidad era complejo, pero finalmente todos votamos a favor.

¿No es un buen momento este, de la crisis de la DC, como para pactar sin ellos y mirar para otro lado?

Lo pongo en términos prácticos: La DC tiene 14 diputados. El gobierno necesita 6 para tener mayoría en la Cámara. Echamos para afuera a la DC y no tenemos una oposición que pueda lidiar con alguna posibilidad de éxito. Pasarían todos los proyectos del gobierno como por un tubo. Por otro lado, si quisiéramos tener un nuevo gobierno de centro izquierda, progresista, sin la DC yo creo que no da. Conozco harto la historia de Chile y por experiencia sabemos que no da.

En su propuesta de consolidar una fuerza opositora unificada habrían visiones muy heterogéneas. ¿Por qué lo ve factible?

Nosotros fuimos 20 años opositores duros de la Concertación, pero caímos en la cuenta de que había que buscar alguna fórmula para poder entrar en el debate y crear condiciones para seguir avanzando en el proceso de reformas. Yo creo que el Frente Amplio también se va a dar cuenta. La política es un arte. Por razones ideológicas podríamos estar eternamente peleando con la Democracia Cristiana, pero ¿qué sacaríamos?

Se entiende que la táctica del PC para este periodo es hacer alianza con fuerzas progresistas. ¿Cuánto tiempo de proyección le ve el Partido a esa táctica? ¿Cuánto aguanta el PC dentro de una alianza de corte progresista y no una que, en vez de administrar el modelo, aspire a removerlo?

Este modelo está basado en una institucionalidad concreta, que la dejó establecida Pinochet en la Constitución que nos rige. El principal objetivo para este periodo es cambiar la Constitución. Eso, para nosotros, es avanzar en pro del cambio del modelo. Es muy difícil que pueda cambiar el modelo si no cambia la institucionalidad.  Algo se avanzó en el gobierno anterior en hacer conciencia de la necesidad de cambiar la Constitución, pero es una tarea difícil.

Una vez cambiada la Constitución, ¿se evaluaría una nueva táctica?

Es posible que sí, pero si no se cambia en lo sustancial, que tiene que ver por ejemplo con el papel del Estado, es muy difícil. En Chile el Estado no puede nada de aquello que puede hacer el sector privado. El Estado está desmantelado de potestades para, por ejemplo, incidir en el desarrollo y crecimiento del país. No es que queramos expropiar todo, ni desmantelar la empresa privada. Queremos que el Estado tenga un estatus distinto, como incluso ocurre en otros países capitalistas.

En ese contexto, ¿cómo se evalúa el proyecto de Nueva Constitución y el proceso constituyente del gobierno de Bachelet?

El proceso constituyente es difícil porque se necesita para la reforma constitucional un quórum calificado que hoy día no existe. El proyecto que mandó no tiene asidero mientras no se hagan las reformas constitucionales que establezcan cómo se va a discutir la nueva Constitución.

¿Qué de marxista-leninista tiene el Partido Comunista hoy en día?

Mucho. El marxismo sigue siendo una teoría válida. Eso no quiere decir que consideremos el marxismo como una receta de cocina. Es una teoría y hay que adaptarla a las circunstancias, pero es un método para la discusión y la interpretación de la realidad. En relación al leninismo, Lenin aplicó el marxismo en una realidad concreta. Nosotros tenemos que aprender de Lenin a aplicar el marxismo en nuestra realidad concreta. Además, Lenin de alguna manera concibió a los partidos comunistas en su forma de organizarse y de actuar. En ese sentido mantenemos harto del leninismo, pero no es un dogma. Hemos aprendido a ser un partido no dogmático.

¿Es feminista el Partido Comunista?

Por lo menos hemos dejado el machismo de lado, creo. Iguale existe dentro de nuestras filas, como en las de todos los partidos. Lo principal en este caso es reconocerlo y tratar de remediar esa situación. nosotros hemos dado pasos importantes. El Comité Central es paritario. Nos falta dar el paso en los organismo regionales.

Tiempos mejores

¿Cómo van estos primeros días de oposición? ¿Qué reflexiones han llevado y cómo se están organizando?

En el pleno del Comité Central que hicimos en enero vimos que era muy prematuro adelantar cómo nos íbamos a mover frente al gobierno, porque todavía no estaban claras sus líneas de acción. Ahora ha ido quedando más claro. Primero, creo que toda la oposición fue sorprendida por este llamado a las comisiones de trabajo de niñez y seguridad. Nosotros nunca fuimos a la comisión de niñez. Sin embargo, analizamos el tema y decidimos no ir ni aunque nos invitaran, porque el hacerlo fuera del Congreso nos parece muy inapropiado. Además, no creemos que lleguen a planteamientos muy novedosos.

¿Por qué cree que hay personas de partidos de oposición que aceptaron participar?

Todos los partidos, menos el socialista que está en nuestra misma propuesta, están en controversia interna por este tema. Esto nos ha dado la posibilidad de que los partidos de oposición se reestructuren, sobre todo para empezar a tener propuestas conjuntas como partidos de oposición ante temas concretos.

¿Qué temas?

Por ejemplo, en el tema tributario o en el de niñez. Yo podría decir que ya está más claro lo que va a hacer el gobierno. Uno ve el discurso de la última etapa de la campaña, conciliador, algo populista. Tuvieron que tomar los temas de la Nueva Mayoría, entonces este discurso de la unidad nacional se ha ido diluyendo porque ha ido apareciendo la verdadera cara de la derecha, que es siempre la misma. La derecha no ha cambiado. Vienen todos los intentos de cambiar el tema de la objeción de consciencia, el tema de educación superior en el lucro, lo quieren hacer con las reformas laboral y tributaria… Existe una ofensiva al respecto y, además, tuvieron una muy mala caída respecto del tema de derechos humanos y reparación con el injustificado retiro del proyecto que le entregaba una pequeña reparación a los ex presos políticos.

¿No cree que exista cierto nivel de responsabilidad del gobierno anterior por no haber amarrado algunos de los temas que usted acaba de mencionar? Mencionaba el tema del lucro en educación superior, y la ley de aborto tres causales, por ejemplo…

Eso lo tendrán que asumir los ministros o la Presidenta. Respecto al tema de la objeción de consciencia, hay un tema con el Tribunal Constitucional (TC). Lo mismo con el lucro en la educación superior. No es que nosotros lo hayamos dejado pendiente, es que el TC le cambió el fondo a la ley. El TC, desde nuestro punto de vista, ha cometido una falta, por eso hemos presentado un juicio en lo civil, y estamos pensando algo que aparece como insólito: una acusación constitucional contra el Tribunal Constitucional, por haberse desmedido en sus funciones. No cumplió con el papel de armonizar la ley, sino que lo que hizo fue legislar; se atribuye funciones que no le competen. Eso no es responsabilidad del gobierno anterior. Es responsabilidad del Tribunal.

¿Y la agenda de reparación, con este proyecto que bloqueó el oficialismo?

Eso se podría haber cerrado antes. Ahí habría que ver la responsabilidad de todos. Las organizaciones de ex presos también alargaron mucho la discusión. Yo estuve metido en eso, lo sé totalmente. Era difícil conciliar las partes.

¿Y no fue que faltó la voluntad del ministro o la Presidenta?

Me da la impresión de que en ese tema no. Lo que tal vez faltó fue tratar de acoger de mejor manera a las organizaciones de ex presos, que son muchas, y que en oportunidades estuvieron divididas, pero el gobierno podría haberlo hecho a pesar de esa división. En el ánimo de respetar lo que decían los ex presos políticos yo creo que se dilató mucha la discusión.

¿Y con el no cierre de Punta Peuco?

Ahí nuestra crítica es bastante más seria. Eso debió haberse concretado mucho antes. Yo no tengo idea lo que pasó, algún día se aclarará, pero fue un muy mal término de gobierno. Fue bochornoso.

Usted mencionaba que esta derecha que había tratado de dar indicios de unidad, en verdad no era tal, que era la misma derecha de siempre. ¿Es la misma derecha la que gobierna hoy y la que gobernó entre 2010 y 2014?

No es la misma que gobernó con Pinochet, aunque hay algunos que sí. Pero es la misma que gobernó en el primero turno de Piñera. La derecha en esencia no cambia. Ellos defienden determinados intereses y los van a seguir defendiendo independiente de una agenda valórica. Ellos van a seguir defendiendo a las grandes empresas. Ahora, es la misma derecha, pero ha mejorado su táctica. No es que sea una derecha social, si los que componen el gobierno no han cambiado de rango social. Han sabido congeniar sus intereses con la necesidad de atender ciertas demandas que son urgentes en Chile, que no se han resuelto y que difícilmente se van a resolver. Ha surgido cierto populismo de derecha, claramente.

El espectro político que va desde el PC hacia la izquierda tiene un discurso que apela a los y las trabajadoras, al “pueblo”. Según su perspectiva, ¿por qué este “pueblo” vota por la derecha? ¿En qué falla el PC que todavía no logra convocar a la clase trabajadora?

El pueblo también elige a comunistas, pero los comunistas estuvimos 20 años excluidos de la arena política, por eso peleamos por cambiar el sistema electoral. Ahora hay un sistema proporcional que ha cambiado la correlación de fuerzas dentro del Parlamento, y así surgen otras fuerzas de izquierda que no estaban representadas. A los partidos no solo hay que medirlos por la votación que alcancen, sino por la capacidad de hacer alianzas y de buscar acuerdos para hacer programa. El Partido nunca ha tenido crecimientos exponenciales, porque también hay un anticomunismo exacerbado que se ha mantenido como en tiempos de Guerra Fría. Ese anticomunismo también les juega en contra. Hay partidos que han jugado al anticomunismo y que hoy se están dividiendo.

 América

La bancada del PC estuvo ausente en la votación de la Cámara en la que se aprobó el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Uruguay, un tratado que podría ser otro avance en la liberalización económica de la zona. ¿Por qué?

Ese día fue cuando se dio el tema del retiro del proyecto de reparación de los ex presos políticos y estuvo la puesta en escena del diputado Urrutia, que hizo que todos saliéramos. Por eso no estuvimos. Hoy los TLC casi no forman parte de la confrontación ideológica. Forman parte de una nueva realidad mundial respecto a la cual todos tenemos que pensar. La globalización se impuso. Con respecto a lo de Uruguay, teníamos posiciones de organizaciones que estaban muy en contra y, por otro lado, el gobierno de Uruguay, que estaba muy a favor. Uruguay no es ninguna potencia económica que vaya a poner en peligro la economía de Chile. Estábamos en un trance entre lo ideológico y lo práctico, pero no es que hayamos corrido para no votar. Nosotros dijimos: “Nosotros no vamos a entrar a votar mientras no nos pida disculpas este energúmeno”.

Usted conoce a Díaz-Canel, el nuevo Presidente de Cuba. ¿Qué opina de su figura y qué cree que puede cambiar en Cuba con su administración?

He estado en tres reuniones con él. Me parece una persona muy versada en temas de economía, temas internacionales… Conoce muy bien Cuba. Está muy claro de que había que hacer cambios en la economía de Cuba. Hace unos cuatro años, cuando nos reunimos con él y Raúl Castro en Cuba,  me quedó claro que él había estado metido en todo esto de la diversificación de la economía, pero siempre muy claro de que allá el sistema socialista se mantiene. En Cuba han cambiado muchas cosas, pero con Díaz-Canel el sistema socialista no va a cambiar.

¿Esta apertura económica es un avance, un progreso?

Yo creo que sí. Todos los países necesitan la interrelación económica. Antes había una intensa relación dentro de los países socialistas, pero cuando cae la URSS eso se acaba y Cuba entra en una crisis que pudo haber sido terminal.

En Nicaragua se viven días de mucho conflicto. El Presidente Ortega está viviendo su peor crisis en 11 años de gobierno, con manifestaciones importantes, y ante tal ha aplicado la represión de las fuerzas del Estado, dejando decenas de muertos. ¿Debería la izquierda internacional tomar una postura crítica al respecto?

Yo no sé si los gobiernos de izquierda o derecha se caracterizan por el uso de la fuerza pública. Todos tienen que hacerlo por igual. El Estado siempre es represivo. En mi concepción, tiene que desaparecer el Estado. No pidamos que en una etapa de acomodamiento no se vayan a usar estos instrumentos. Yo lamento las muertes en Nicaragua. La izquierda debiera tratar de no usar esos instrumentos que siempre los ha usado la burguesía, pero es complejo y en Nicaragua la situación siempre ha sido compleja. La violencia siempre ha estado presente. Nicaragua es un país que ha tenido un crecimiento sostenido y ha realizado políticas sociales bastante progresistas. Ojalá los esfuerzos que se están haciendo ayuden a restablecer la convivencia pacífica. Ahora, no me sorprendería -porque ya lo ha hecho Estados Unidos en ese y otros países- que haya una mano negra en todo esto.

Lautaro Carmona y la coyuntura: “Cada día que pasa el gobierno de Piñera se va sacando las caretas y muestra su real cara”

El Secretario General del Partido Comunista, Lautaro Carmona, sostuvo que la oposición debe actuar unida frente a las acciones antidemocráticas de este gobierno, que cada día muestra más su real motivación, mediante comisiones a dedo y ahora beneficiando a su vínculo más cercano, esto último a propósito del escándalo de nepotismo por el nombramiento del hermano de Sebastián Piñera como embajador. Así lo señaló el dirigente en entrevista con Radio Nuevo Mundo.

 

Lautaro Carmona destacó que hay puntos de encuentro entre el Partido Comunista y diversas fuerzas del mundo progresista: El primero, respecto a impedir que el gobierno lleve adelante su estrategia restauradora del modelo pinochetista, de la cual forman parte las intervenciones de José Antonio Kast y los dichos desafiantes del diputado UDI, Ignacio Urrutia, contra las víctimas de la dictadura.

 

El dirigente político señaló que hay otras coincidencias con sectores de oposición, para efectos de impedir un segundo gobierno de la derecha en el país e instalar en la agenda diversas exigencias ciudadanas, tales como el cambio al sistema previsional y el fin al lucro en la educación.

 

Por otro lado, Lautaro Carmona dijo esperar que la Democracia Cristiana supere la crisis que la ha llevado a perder militantes históricos, para seguir contribuyendo a la construcción de convergencias políticas en la búsqueda de una sociedad más justa.

 

Lautaro Carmona aseguró que se requiere de la construcción de mayorías políticas de centro izquierda, para impedir que siga avanzando la consolidación de un modelo neoliberal, porque estamos frente a una arremetida de la derecha internacional, encabezada por el presidente norteamericano, Donald Trump.