Recortes en la tasa de política monetaria y bajas expectativas de Crecimiento

En el mes de octubre del año 2018 el Banco Central (BC) anunciaba que dejaba atrás su Política Monetaria (PM) Expansiva[1] y, por primera vez en tres años, la Tasa de Política Monetaria[2] (TPM) enfrentaba un alza de 25 puntos bases, pasando de 2,50% a 2,75%. El Consejo del BC tomó esta decisión conforme con el Informe de Política Monetaria (IPoM) de septiembre del mismo año, donde plasmaba su optimismo en el porvenir de la economía chilena.

En línea con lo anterior, en el mes de enero del presente año, el Consejo del BC volvió anunciar un alza en la TPM en 25 puntos bases llegando a un 3%. Esto después del IPoM de diciembre 2018 donde se planteaba que la tasa de interés neutral o de equilibrio estaría en torno al 4%-4,5%, lo que involucraba al menos cuatro alzas en la TPM en el presente año. Sin embargo, la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) informó poco días después del anuncio del BC, que mantendrá las tasas de interés y que será paciente ante un escenario externo incierto. Esto produjo que se ajustarán los próximos movimientos del BC pasando de cuatro a tres incrementos para este año y que el próximo sería en julio.

Bueno y ¿qué significa todo esto? Esta tendencia a ir reduciendo las alzas de la Tasas de Politica Monetaria (TPM) son síntomas de las bajas expectativas de Crecimiento que está cruzando el país. Una TPM baja (o en tendencia a la baja) es parte de una Politica Monetaria Expansiva que intenta reactivar la actividad económica bajando el coste de endeudarse, tanto para el consumidor como el inversionista, con el objetivo de aumentar el consumo y la inversión. Por su parte, una mayor actividad económica lleva consigo presiones inflacionarias que deben ir siendo reguladas con una mayor Tasa de Politica Monetaria acorde con la inflación meta propuesta por el Banco Central.

Muchos expertos (operadores financieros) durante estas semanas han recalcado que se espera que el Banco Central mantenga la TPM en un 3% durante este año y, que los próximos 25 puntos bases de alza se verán el 2019, teniendo solo un alza de las cuatro que se proyectaban en el 2018. Estos recortes en alzas de TPM como en Crecimiento tienen su origen en cuestiones de la economia nacional como de la economia externas. En relación a lo primero, se observa una lenta recuperación de la economía, con una inversión que a pesar de que ha crecido no es robusta aun, con proyecciones de crecimiento que se siguen recortando a la baja (ya se habla de 2,5% para el 2019, muy lejano del 4% del 2018) y con una Reforma Tributaria estancada que, podría, solo de forma coyuntural y no estructural, aumentar la actividad económica. En segundo lugar, en el ámbito internacional el escenario es bastante incierto. Las dos potencias económicas, China y Estados Unidos, en guerra comercial, ambas también con proyecciones de desaceleración para el presente año que, sin duda afectarán el precio del cobre y además una zona Euro que desde la recuperación de la crisis subprime en el 2014 han estado creciendo por sobre su PIB potencial lo que sin duda llevará a una desaceleración en el próximo tiempo.      

Se puede ver la tendencia del Índice Mensual de Actividad Económica (IMACEC) y el Índice de Percepción Económica (IPEC) durante los últimos trece meses.  Es claro como el IMACEC (medido como variación del mismo periodo año anterior) ha tenido una tendencia a la baja y en paralelo con unas expectativas económicas mas bien estancadas durante el año pasado.

Del escueto análisis anterior podemos decir lo siguiente:

  • La proyecciones de Crecimiento de la Economía van hacia la baja. Otorgando un 2,5% para el 2019 muy lejano al 4% del año pasado.
  • Síntoma de lo anterior es la mayor gradualidad y “paciencia” con la que el BC esta subiendo la TPM. Este año se mantendrá fija en un 3%.
  • Bajo nivel de IMACEC y baja optimismo de la percepción económica.

Comentarios:

  • Los sistemáticos recortes (o suspensiones) en los aumentos de la TPM dan cuenta de una economía que todavía no se reactiva como se dijo por parte de este Gobierno y que aún necesita un impulso monetario.
  • La capacidad que tuvo la derecha, usando todos sus medios posibles, de figurar e instaurar la idea de que sólo ellos serían capaces de volver hacer crecer al país queda cada vez más en entredicho, cuando se analiza: el comportamiento del BC en el último tiempo y las opiniones de expertos que cada vez más seguido recortan/corrigen las proyecciones de crecimiento del PIB.
  • Sólo cuestiones coyunturales (Reforma Tributaria u otra contrarreformas) podrían dar un impulso a la economía, pero no solucionar los problemas estructurales que hay en la economía chilena: bajo Capital Humano, Matriz Productiva Mono-productora, poca Diversificación de la Canasta Exportadora y bajos Niveles Salariales que implican una Demanda Agregada disminuida.
  • Necesidad de una mayor intervención del Estado para reactivar la economía, sobre todo en Inversión Productiva. Aumento de la Inversión Pública.
  • Necesidad de Políticas Públicas de Largo Plazo que se hagan cargo de las cuestiones estructurales de la economía en la actualidad y no solo reformas de Corto Plazo.
  • La mayor Flexibilización/Precarización laboral (las contrarreformas) que busca el gobierno no van en línea con las mejoras de Largo Plazo, sino que por el contrario, sólo busca réditos de corto plazo, mejorando y abriendo nuevos espacios de acumulación, que quizás podrían “chorrear” mejorando los niveles de ingreso.



[1] La Política Monetaria Expansiva consiste en aumentar la cantidad de dinero en circulación dentro de la economía, es decir, su oferta. Lo anterior tiene como consecuencia que la tasa de interés caiga, lo cual estimula el gasto y así el nivel de ingresos. Una Política Monetaria Restrictiva es los contrario.

[2] La TPM es la tasa que ocupa el BC como instrumento para llevar a cabo la Política Monetaria (Expansiva o Restrictiva), con el fin de cumplir con la meta de inflación propuesta.