Juan Andrés Lagos: Lo que planteó el PC de Chile al Foro de Sao Paulo 2018 y las resoluciones acordadas

Discurso pronunciado ante cientos de delegados de América Latina y el Caribe en el Palacio de las Convenciones, La Habana, Cuba. El compañero Juan Andrés fue parte de la delegación del PC y las JJCC que estuvieron presentes junto a la dirigenta, miembro de la CP y ex Secretaria de Estado Claudia Pacual, el diputado Boris Barrera y los dirigentes de la jota  Javiera Reyes y Camilo Sánchez su Presidente. Conozca también las resoluciones y algunos de los principales hitos.

Por: Juan Andrés Lagos  (Vía elsiglo.cl)

Miembro de la Comisión Política del Partido Comunista de Chile

“Compañeras y compañeros:

Para retomar la ofensiva, y la necesaria  iniciativa política, que es un gran llamado y fundamental consenso que emana de este trascendente Foro de Sao Paulo, en tiempos en que arrecia la agresión imperialista en todos los aspectos, requerimos apelar y apoyarnos en  la historia, en toda su materialidad.

Y comparto con ustedes hechos de absoluta vigencia hoy:

El 4 de diciembre de 1972, en la última década del siglo pasado, el entonces Presidente de la República de chile, compañero Salvador Allende, en su mensaje ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, advirtió (y cito textualmente) “del vertiginoso crecimiento del poder económico, influencia política y acción corruptora de las corporaciones transnacionales, las cuales  inician  un violento traspaso de todas las fronteras y ponen en cuestión  la vigencia de los Estados nacionales, interfiriendo las decisiones gubernamentales en los planos políticos, económicos y militares”.

En ese mensaje, ante el foro mundial más importante de la humanidad, Salvador Allende hizo una afirmación  de total vigencia hoy:

“Estamos ante un verdadero conflicto frontal entre las grandes corporaciones transnacionales y los Estados nacionales. Una vez más, la actuación solidaria internacional de los pueblos, y de  los trabajadores, deberá enfrentarse a un adversario común: el imperialismo”.

En el año 1971, del siglo pasado, en una visita histórica a Chile, el líder de la Revolución Cubana y referente de los pueblos en lucha por su emancipación, comandante Fidel Castro, advirtió también de un hecho crucial;  la fuerza y el peligro esencial de las oligarquías y derechas de nuestro continente.

Ante una asamblea de apasionados universitarios en la ciudad chilena de Concepción, Fidel advirtió que esas derechas, desde su aislamiento, desde su debilidad temporal, instrumentos del imperialismo y sus intereses, eran capaces de buscar y construir alianzas; generar proyectos políticos; golpear a sus enemigos de clase e, incluso, infringirles derrotas imponiendo el uso de la violencia criminal en contra de sus adversarios y enemigos históricos: los pueblos en lucha por su emancipación.

Hoy, esencialmente, la contradicción fundamental del periodo que ya antes líderes visionarios advirtieron, nos demanda actuar con determinación en dos sentidos:

La unidad,  la  convergencia y la integración entre nuestros Estados, para enfrentar a las corporaciones y el imperialismo, colocando en el centro lo principal, y no lo secundario, de esta estratégica batalla, luchando para que en nuestro continente los sistemas de integración, y la cooperación multilateral con polos emergentes en el mundo, que facilitan las relaciones con mínimo respeto de las asimetrías, nos permitan retomar el camino hacia nuevos modelos de desarrollo que definitivamente rompan la cadena de la dependencia, desde la periferia hacia los centros de poder imperial.

Compartimos por estas razones y hechos expuestos aquí, la necesidad de impulsar y pasar a una nueva etapa de acción basada en la unidad antiimperialista, con iniciativas múltiples y en todos los aspectos, en una lucha y acción política amplia, diversa, que asuma las realidades nacionales y los caminos políticos que los propios pueblos van construyendo, pueblos que, en definitiva, nunca, nunca han dejado de luchar.

Alba, Mercosur, Unasur, Celac, Caricom, son instrumentos estratégicos que debemos defender y sostener, y unirlos sólidamente a la lucha por el respeto absoluto a los principios de no intervención y autodeterminación de los pueblos y Estados, asuntos que el nuevo Presidente de México, compañero Andrés Manuel López Obrador, ha expuesto en recientes declaraciones. Esta es la batalla principal para romper la hegemonía norteamericana, definitivamente, cuestión que el compañero Lula Da Silva ha planteado con certeza: el imperialismo no le perdona a la izquierda y al progresismo del Brasil, haber iniciado el camino que rompe y abre brechas hacia una autentica independencia y autonomía en el campo de las nuevas correlaciones de fuerza que se abren en el campo multilateral en el mundo, cuando la economía del capitalismo salvaje no sale de su crisis estructural que, en tiempos históricos breves, devela sus profundas miserias.

Compañeras y compañeros: en Chile, cuna de uno de los laboratorios neoliberales más violentos y profundos del mundo, en el cual se impuso una dictadura fascista que todavía hoy tiene muchos  arraigos en diversos planos de nuestra patria, hace pocos años comenzó un proceso  que avizora la posibilidad de ruptura con el modelo de dominación realmente existente. La resistencia popular y ciudadana; las marchas y protestas de  movimientos sociales que alcanzaron una extraordinaria potencia e incidencia el año 2011; la acción de las fuerzas políticas que no han dejado de luchar por las transformaciones y que han  logrado una representación significativa en la institucionalidad política, con  toda su diversidad, han generado condiciones para el avance de correlaciones de fuerzas que han permitido reformas sustantivas desde el Gobierno. Un Gobierno del que los comunistas fuimos parte, y que en medio profundas contradicciones, asentó cambios en materias de educación; legislación laboral; legalización del aborto por tres causales; cambio al sistema electoral binominal impuesto por la dictadura; reforma tributaria; avance en derechos sociales que un sistema extremadamente mercantilizado había simplemente cancelado.

La oligarquía de nuestro país, desde el inicio del Gobierno de Michelle Bachelet, y en medio de una profunda crisis de representación política, golpeó severamente las reformas y se opuso a todas ellas. Pero también sectores políticos, desde la propia base de sustentación del Gobierno, actuaron en contra de algunas reformas importantes y trataron de limitar y reducir su alcance.

El triunfo de la derecha en las elecciones presidenciales, fortalece significativamente a ese sector profundamente reaccionario y pro imperialista en toda la línea. Sin embargo, interrumpe, pero no cancela el proceso y la estrategia que puede permitir a las fuerzas progresistas y de izquierda retomar la iniciativa hacia triunfos político-electorales que, junto con rearmar el camino de reformas, se proponga un camino hacia la derrota estratégica de la derecha.

Estamos en medio de un proceso de evaluación para observar las fortalezas y debilidades del Gobierno del cual fuimos parte, pero mirando claramente hacia el futuro.

Necesitamos construir una convergencia social y política que abra muchos mayores espacios de participación social, popular y ciudadana. Que sintonice más ampliamente con las grandes demandas sociales que por cierto incluyen a las  clases y capas medias. Requerimos en la oposición un diálogo profundo para construir mínimos programáticos comunes, que asienten las transformaciones y el camino hacia la superación definitiva del  neoliberalismo. Requerimos de una oposición que para derrotar a la derecha, y evitar su consolidación en un nuevo Gobierno, debe necesariamente converger para enfrentar las futuras elecciones de municipios; gobernadores regionales; Parlamento y presidenciales. Necesitamos avanzar en un proceso constituyente que nos permita arribar a una necesaria nueva Constitución para nuestra país y dejar atrás cualquier rezago institucional de la dictadura.

En este proceso, difícil y complejo, la unidad de propósitos de las izquierdas chilenas es fundamental y estratégica. Si logramos convergencia, y pasar a la ofensiva, es posible consolidar un camino de victoria. Si nos mantenemos fragmentados, la posibilidad de nuevos triunfos de la derecha es una posibilidad real.

Somos optimistas, y este Foro y las fuerzas de izquierda chilenas que participan en el, permiten asentar mas la esperanza de construir esa necesaria convergencia para enfrentar, y derrotar, al enemigo principal, que políticamente se ubica en la derecha y en quienes levantan la vía hacia la refundación del neoliberalismo en Chile.

Compañeras y compañeros, al concluir mis palabras, quiero compartir con ustedes, que un día como hoy, nacía en Curepto, una comuna modesta de Chile, la compañera Gladys Marín Millie, que dedicó los últimos años de su vida a la lucha por la solidaridad entre sus pueblos, y como ella señalaba, con su ejemplo y el ejemplo del pueblo, ¡mil veces venceremos!”.

Delegación Chilena: PRO, MAS-IC, PODER, PC. 24º Foro de Sao Paulo. La Habana, 2018.

Vea y escuche la intervención de Juan Andrés Lagos:
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Juntos Raúl, Evo, Maduro, Díaz-Canel, Sánchez Cerén:

Concluyó encuentro de 168 organizaciones de izquierda. Acuerdo de reforzar solidaridad con aquellos que se resisten al retroceso al neoliberalismo.

Cubadebate. Granma. El General de Ejército, Raúl Castro Ruz, primer secretario del Partido Comunista de Cuba, asistió este martes en La Habana a la clausura del XXIV Foro de Sao Paulo, junto a los presidentes de Cuba, Miguel Díaz-Canel, Venezuela, Nicolás Maduro, Bolivia, Evo Morales, y El Salvador, Salvador Sánchez Cerén.

También estuvieron en la presidencia de la ceremonia José Ramón Machado Ventura, segundo secretario del PCC y vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba, y el luchador puertorriqueño Oscar López Rivera, junto a ex primeros ministros y ex presidentes, ex cancilleres de la región y otras personalidades del gobierno cubano.

La Declaración Final de este encuentro, leída por Mónica Valente, secretaria ejecutiva del Foro, establece como un objetivo primordial la defensa de la CELAC y el rechazo al papel injerencista de la OEA y la “despreciable supeditación” de su secretaría general a la Casa Blanca.

La jornada final de la vigésimo cuarta edición del Foro de Sao Paulo, que durante tres días se ha desarrollado con la asistencia de más de 600 delegados de 168 partidos y movimientos políticos de izquierda y populares de toda América Latina, incluyó en la mañana del martes una sesión especial dedicada al líder cubano Fidel Castro.

Los asistentes al Foro han debatido durante estas jornadas temas relacionados con la ofensiva de la derecha regional en los últimos tiempos y las estrategias y articulaciones que debe construir la izquierda en áreas tan diversas como la comunicación, la formación y las políticas para enfrentar la hegemonía estadounidense en el continente.

Entre otros puntos, la Declaración Final del XXIV Foro de Sao Paulo, que traza un panorama de la situación regional tras los hechos acontecidos en varios países desde 2015 -incluido el golpe parlamentario y judicial a Dilma, la derrota electoral de Cristina Fernández, la persecución contra los expresidentes Rafael Correa y Lula Da Silva-, destaca que “la historia muestra que cuando hay dirección política decidida y capaz, objetivos claros de lucha y moral de combate y arraigo en las masas, se multiplican las opciones para contener cualquier ofensiva contrarrevolucionaria y neoliberal”.

Mónica Valente, secretaria ejecutiva del FSP, calificó de emblemático este encuentro y agradeció a la dirección del Partido Comunista de Cuba (PCC) y a su pueblo por el esfuerzo en su organización y por abrir los brazos una vez más a las luchas de los pueblos de la región y del mundo, especialmente a las fuerzas políticas y movimientos sociales de izquierda.

Previamente, se dio lectura a las resoluciones finales de cada uno de los encuentros sectoriales y talleres realizados, dedicados a las mujeres, los jóvenes, los parlamentarios, la comunicación política y los medios, el arte y la cultura.

Se resumieron también los debates generados en la Reunión de la Red en Defensa de la Humanidad, el diálogo de las articulaciones y movimientos sociales con el FSP y el encuentro entre el Partido de la Izquierda Europea (PIE) y las fuerzas del Foro.

Al cierre se convocó a dar inicio a la Campaña Internacional “Libertad para Lula ya” y en agosto próximo, producir un tuitazo mundial en defensa de su liberación, con apoyo del PIE y de todas las fuerzas políticas y sociales que estén en disposición de sumarse, en Asia, África y Estados Unidos-Canadá.

Las palabras de clausura estuvieron a cargo de José Ramón Machado Ventura, Segundo Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, quien recordó que para Fidel la palabra derrota nunca existió, solo existían reveses coyunturales, porque mientras haya injusticias, habrá revoluciones.

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Declaración final  XXIV  del Foro de São Paulo, realizado entre el 15 y 17 de julio 2018 en La Habana

1. América Latina y el Caribe viven hoy, 28 años después de haberse fundado el Foro de São Paulo, los efectos de una multifacética ofensiva reaccionaria, conservadora y restauradora neoliberal, fruto de intereses convergentes y de esfuerzos combinados entre las élites mundiales del capitalismo transnacional, del gobierno de los EE.UU. como su núcleo hegemónico, y de las clases dominantes aliadas de nuestra región.

2. Esta multifacética ofensiva, ha logrado hacer retroceder a las fuerzas de izquierda y progresistas, mediante el derrocamiento de gobiernos, los golpes parlamentarios y judiciales. La derecha imperial y las oligarquías subordinadas han amplificado para ello los errores y las limitaciones de las fuerzas transformadoras, que sufren reveses y a la vez poseen inmensas potencialidades de lucha. Ello explica en un grado fundamental el cambio adverso en la correlación coyuntural de fuerzas imperante.

Examinar el carácter y la profundidad de los errores e insuficiencias, corresponderá de forma soberana a los partidos políticos y a los movimientos sociales de cada país.

3. El golpe militar y parlamentario contra Zelaya, en Honduras (2009); el golpe parlamentario dado a Lugo, en Paraguay (2012); la derrota electoral de Cristina Kirchner, en Argentina (2015); el Impeachment contra Dilma Rousseff en Brasil (2016), mediante un “golpe parlamentario, judicial y mediático; la victoria de figuras de derecha conservadoras o ultraconservadoras en Chile, Paraguay y Colombia; la condena sin pruebas y prisión de Lula para impedir su candidatura a la presidencia de la Republica del Brasil; las divisiones ostensibles en el campo popular a la hora de encarar las agendas neoliberales restauradas; la descalificación de la política que en importantes países de la región favorecen los planes de la derecha, y el fortalecimiento público de figuras y proyectos de raíz fascista en varios países, constituyen, entre otros muchos, indicadores de la ofensiva neoliberal, que las fuerzas de izquierda están desafiada a revertir a favor de los pueblos.

4. La actuación de la derecha guarda relación directa, con la naturaleza expansionista y depredadora del capitalismo, y con los intereses del capital financiero que lo dominan.

5. Los hechos hablan: entre el último Encuentro del Foro de Sao Paulo (Managua/2017) y este de La Habana (2018), a nivel global se ahondaron los efectos negativos de la concentración de la propiedad, el poder y la riqueza en manos de una élite mundial decidida a imponer, a cualquier precio, mejores condiciones para elevar sus tasas de ganancia.

6. Así lo confirman la destrucción de la naturaleza, con efectos negativos crecientes sobre el clima; las tentativas de privatización de los bienes públicos como el agua, la tierra y el petróleo y su uso predatorio por las trasnacionales; las tentativas de privatización de los fondos públicos; el ataque a los derechos laborales y sociales; el incremento insultante de la inequidad y la desigualdad; la destrucción de fuerzas productivas mediante la guerra para animar las economías llamadas centrales; la multiplicación de los flujos migratorios y del sufrimiento que millones de seres humanos padecen al verse obligados a emigrar, y la ofensiva que desarrollan los intereses transnacionales contra la soberanía nacional de nuestras naciones, a fin de facilitar el libre movimiento de los capitales.

7. Estas realidades, agravadas por el peligroso desempeño de la Administración Trump, que busca revertir la tendencia declinante de la hegemonía norteamericana, multiplican los riesgos para la paz mundial y el estatus de América Latina y el Caribe como Zona de Paz. América Latina y el Caribe seguirán siendo prioridad para la política exterior estadounidense, cuyo dominio es de vital importancia en su afán por mantener un insostenible orden mundial unipolar.

8. Los Estados Unidos y sus aliados necesitan consolidar la percepción de que la historia continental entró en una fase regresiva imparable a favor del capitalismo. Aunque la reacción contra los gobiernos progresistas y de izquierda fue inmediato, debido al descredito y el debilitamiento extremo de los partidos políticos de derecha utilizados para imponer la reestructuración neoliberal, los inhabilito como instrumentos capaces de descarrilar las transformaciones sociales impulsadas, según el caso, por los movimientos políticos del Foro de Sao Paulo. De ahí la necesidad de recurrir a la estrategia desestabilizadora que combina la guerra mediática, jurídica y económica, la injerencia externa y la criminalización del movimiento y la protesta social, entre otros, que sirven a los golpes de nuevo tipo (judicial o parlamentario) o la derrota electoral.

Ante esta reacción del imperialismo y las oligarquías locales contra las fuerzas progresistas, rechazamos la idea del “fin de ciclo” con la misma firmeza y convicción con que en su momento lo hicimos con la del “fin de la historia. Las fuerzas progresistas de América Latina seguiremos luchando por horizontes de un mundo basado en la justicia social.

La Casa Blanca y sus aliados buscan lograr exactamente lo contrario: dividir, cooptar, desmovilizar y generar desánimo. Es razón suficiente para que impongamos con hechos e ideas los verbos de la unidad de la izquierda y el campo popular para organizarse y luchar.

9. Preservar las experiencias de soberanía, de ampliación de la democracia, de gobierno de carácter popular y con proyecciones antiimperialistas, impulsadas por partidos de izquierda y progresistas; ofrecer apoyo decidido y estimular los esfuerzos emancipatorios y los ideales anticapitalistas de los movimientos sociales y populares que así actúan; trabajar con denuedo por consolidar una paz duradera con justicia social e impulsar esfuerzos que permitan avanzar en la integración soberana de la que Martí llamó Nuestra América, se transforman en imperativos políticos y en pruebas de honor para la izquierda continental.

10. Como en 1990, cuando emerge como espacio de concertación y construcción colectiva de la plural izquierda latinoamericana y caribeña, frente a una coyuntura internacional marcada por la incertidumbre y la desorientación que generó la desaparición de la URSS y el llamado campo socialista, el Foro de Sao Paulo siguiendo su tradición de reflexión crítica y formulación política se ve de nuevo ante el desafío de examinar con mirada crítica el camino andado, reunificar fuerzas y hacer renovados esfuerzos para seguir construyendo los consensos que exige la ofensiva de la derecha en curso. 

11. Los partidos políticos miembros del Foro de Sao Paulo llegan a este XXIV Encuentro con un acumulado político superior, que a su vez se ve multiplicado por la acción articuladora del Foro y, con plena conciencia de la imposibilidad del capitalismo depredador para ofrecer alternativas a la humanidad, lo que genera la rebeldía popular y potencialidades para la acción transformadora del progresismo y la izquierda, si esta se reorganiza, actúa al lado de los movimientos sociales, prepara cuadros y mejora sus proyectos de cambio, algunos de clara orientación socialista. Existen suficientes ejemplos en la historia latinoamericana y caribeña que prueban que cuando hay unidad, dirección política decidida y capaz, objetivos claros de lucha y moral de combate, y arraigo en las clases populares, se multiplican las opciones para contener cualquier ofensiva contra revolucionaria, conservadora y restauradora neoliberal, incluso más, para vencerla.

12. Ceder al derrotismo; auspiciar o tolerar los personalismos y sectarismos que emergen y proliferan en épocas de reveses; aceptar o promover la pérdida de confianza en la capacidad política de nuestros pueblos explotados, no solo sería hoy una afrenta a los héroes y mártires de las luchas por la emancipación del continente, sino una concesión gratuita e innecesaria a los EE.UU. y sus aliados internacionales y locales.

13. Frente al plan del imperialismo por socavar la soberanía de nuestras naciones y tomar control de sus recursos naturales, opongamos con auténtico espíritu internacionalista latinoamericano y caribeño, con firmeza e innegociable sentido de dignidad, el plan emancipador de nuestros nobles pueblos.

14. Trabajemos por fortalecer las luchas por la justicia y emancipación social, por plena soberanía política e independencia económica, por la soberanía de los pueblos y la paz mundial. ¡Reivindicar las mejores experiencias emancipatorias de los movimientos sociales y populares de la región!

En este contexto, los delegados y delgadas e invitados e invitadas al XXIV Encuentro del Foro de Sao Paulo, desde La Habana, Cuba, en representación de América Latina y el Caribe, de Asia y África, de Europa y América del Norte:

1. Convocamos a fortalecer el movimiento mundial en defensa de la Paz. La realidad impone sumar fuerzas para presionar, por todos los medios posibles.

2. Advertimos que los representantes del gran capital transnacional – gubernamentales y privados, militares y económicos, mediáticos e ideológicos – están operando con niveles de concertación superiores a los que conocemos. Concluimos, por tanto, que se impone un ejercicio práctico del internacionalismo mutuo entre todas las fuerzas de izquierda de América Latina y el Caribe, Asia, África, Europa y América del Norte.

3. Observamos con preocupación cómo la derecha imperial opera de forma concertada en el Consejo de Seguridad de la ONU; a favor del sionismo en Medio Oriente; para cercar militarmente a Rusia en Eurasia; para impedir que la República Popular China, en Asia, continúe su avance como potencia económica mundial con propuestas de paz y cooperación; para destruir, en América Latina, los proyecto de justicia social, democráticos y de internacionalismo latinoamericano y caribeño que impulsan nuestras fuerzas políticas; y para fragmentar el Caribe mediante distintas fórmulas, incluidas las coloniales como Puerto Rico.

4. Ratificamos la vigencia de las siguientes causas y líneas de actuación reivindicadas por el XXIII Encuentro del Foro de Sao Paulo, efectuado en Managua el pasado año

– Convertir la defensa de la CELAC, mayor acontecimiento unitario de los últimos 200 años, en objetivo político prioritario a promover por todos nuestros partidos, movimientos sociales y populares, desde cada escuela, universidad o espacio de creación intelectual. Sembrar la idea integracionista en la conciencia de nuestros pueblos, ya de por sí será un avance frente a la política divisionista impulsada por los Estados Unidos y sus aliados. Confiamos en el valor de las ideas justas: aseguremos que ellas sean escuchadas por cada uno de los gobiernos de Nuestra América.

– Transformar en objetivo de toda la izquierda y de los sectores patriotas y demócratas de América Latina y el Caribe, la defensa intransigente de los presupuestos de la Proclama de América Latina como Zona de Paz.

– Repudiar el militarismo nacido de las entrañas del Imperialismo, que carece de límites y de escrúpulos, es una necesidad política, ligada a la sobrevivencia de nuestros pueblos. Dar forma concreta a este repudio, en cada acción política cotidiana, es una cuestión de principios que ratificamos.

– Rechazar de forma enérgica, la idea absurda e inadmisible de que esta región del mundo pertenece a las élites de poder de los Estados Unidos o de cualquier país del mundo. Que cada día sea para la Casa Blanca un recuerdo concreto de lo afirmado por la II Declaración de La Habana: “… esta gran humanidad ha dicho ¡Basta! y ha echado a andar. Y su marcha de gigantes ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia.

– Concertar en cada espacio internacional que lo permita, por encima de diferencias subalternas de tipo nacional o sectorial, toda acción que debilite los niveles de dominación y hegemonía de los Estados Unidos en nuestros países, es esencial y posible. El Imperio ha optado por priorizar los componentes de la guerra cultural y de símbolos. Rescatemos, como respuesta ofensiva, las tradiciones de libertad de cada uno de nuestros países. Honremos a los que las forjaron. Impidamos que la banalidad cultural del Norte que nos desprecia, se imponga sobre la rica historia de los países que representamos.

– Conocer con rigor cómo está desarrollando la derecha internacional sus planes de desestabilización, contra las experiencias de gobierno y populares de carácter emancipatorio en América Latina y el Caribe, constituye una necesidad de primer orden. Ello será más eficaz si creamos un sólido sistema de intercambio de informaciones y experiencias colectivas. El Foro de Sao Paulo puede jugar en este campo un papel central, en particular haciendo esfuerzos en la formación política.

– Al igual que los delegados al XXIII Encuentro de Managua, por entender que se trata de causas vigentes:

– Reafirmamos la importancia del acercamiento y la acción concertada entre la izquierda de Europa y la de América Latina y el Caribe. Nos comprometemos en esta nueva etapa a tornar más sistemático y eficaz la acción antiimperialista unitaria entre ambas regiones. El PIE y el Foro de Sao Paulo están en condiciones de posibilitar este objetivo.

– Denunciamos, esta vez con razones adicionales, el papel injerencista de la OEA, que sigue siendo utilizada por el gobierno de los Estados Unidos como su Ministerio de Colonias. La actuación de su secretaría general, marcada por una despreciable supeditación a los intereses de la Casa Blanca, así lo prueba todos los días. La OEA, junto al Grupo de Lima, constituyen los Caballos de Troya actuales contra la unidad latinoamericana y caribeña. Hagamos todo lo posible para impedir que continúen su avance destructor.

– Condenamos la guerra no convencional y de amplio espectro, aplicada por el imperialismo yanqui y sus aliados europeos, latinoamericanos y caribeños contra la Revolución Bolivariana. Esta se ha convertido para la Casa Blanca en el objetivo estratégico inmediato a derrotar. Sea para nosotros, por tanto, el objetivo mayor de solidaridad en estas circunstancias. Como hace un año atrás, en Managua, el Foro de Sao Paulo se mantiene en estado de alerta y en sesión permanente de solidaridad internacionalista contra la intervención internacional hacia Venezuela.

– Mantenemos intacta la solidaridad con lo(as) argentinas(os) y brasileñas(os), hondureñas(os) y paraguayas(os) que se resisten a aceptar el retroceso al neoliberalismo en sus respectivos países, luego de experiencias de gobierno que, por caminos propios, buscaron el crecimiento económico, la mejor redistribución de la riqueza, la garantía de derechos sociales, la ampliación de la participación popular y la democracia, asegurar la soberanía nacional y fortalecer la integración regional en el ámbito de los BRICS, todo para combatir las desigualdades sociales, regionales y de género, el racismo, o que, simplemente, retaron por su política exterior la lógica hegemonista de la política exterior de los Estados Unidos.

– Reafirmamos nuestra absoluta convicción de apostar por la paz, en concordancia con la Declaración de la CELAC, que en enero de 2014 declaró América Latina como zona de paz. Por eso, respaldamos el pedido de las fuerzas políticas y sociales de Colombia para que el gobierno colombiano cumpla con la implementación de los Acuerdos de la Habana, mantenga abierto el proceso de dialogo con el ELN y de pasos certeros para acabar con el asesinato de ex combatientes y líderes sociales, políticos, ambientales y defensores de DDHH. Denunciamos las acciones de la ultraderecha nacional e internacional para boicotear la Paz. Es evidente que la Casa Blanca, el sionismo internacional y las fuerzas más retrógradas del continente, persisten en lograr que los grupos oligárquicos de Colombia sigan siendo tropa de choque a favor de los intereses transnacionales en América del Sur. Es vital la lucha contra esta estrategia, que ya colocó a uno de los países de la CELAC como miembro de la agresiva OTAN.

– Rechazamos de forma enérgica la política intervencionista de los Estados Unidos en los asuntos internos de la Nicaragua sandinista, país en el que se está implementando la fórmula que viene siendo aplicada por el imperialismo norteamericano a los países que no responden a sus intereses hegemónicos, causando violencia, destrucción y muerte mediante la manipulación y la acción desestabilizadora de los grupos terroristas de la derecha golpista, que boicotean la búsqueda del diálogo, el cual constituye el mejor camino para superar la actual crisis y alcanzar la paz, lo que es indispensable para la continuación del proceso de transformaciones sociales impulsado por el FSLN desde el gobierno presidido por el Comandante Daniel Ortega y que ha reducido de manera notable la pobreza y la desigualdad social en ese hermano país.

– Nos solidarizamos con el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional y con el gobierno del compañero presidente Salvador Sánchez Cerén, que enfrentan con energía la guerra mediática, la guerra jurídica, el boicot económico y otras formas de desestabilización, y nos comprometemos a acompañarlos como observadores internacionales en la elección presidencial del 3 de febrero de 2018.

– El XXIV Encuentro del Foro de Sao Paulo convoca y alienta a Bolivia y Chile a encontrar, cuidando las sensibilidades de ambos países, una salida al enclaustramiento marítimo boliviano en base al diálogo y el derecho internacional, y que contribuya a una verdadera integración de nuestros pueblos.

– Renovamos el rechazo del Foro de Sao Paulo a la política de la Casa Blanca, que criminaliza a los emigrantes latinoamericanos y caribeños y, de manera particular, a los hermanos centroamericanos. Un mundo sin fronteras y con ciudadanía universal es el norte de nuestra lucha emancipatoria.

– Rechazamos cualquier forma de racismo, intolerancia y discriminación. Impulsamos el ejercicio pleno de los derechos económicos, culturales, sociales y políticos de las mujeres, y la eliminación de la cultura patriarcal.

– Demandamos la retirada de las fuerzas de la MINUSTAH que, siguiendo un mandato del antidemocrático Consejo de Seguridad de la ONU, mantienen ocupado Haití desde hace más de una década.

– Condenamos el narcotráfico, el tráfico de personas y el terrorismo, y denunciamos la doble moral de un sistema que dice combatir al crimen organizado, mientras protege a sus grandes promotores y principales responsables. Defendemos el cultivo legal y el uso tradicional benéfico de la hoja de coca.

– Proclamamos el acceso al agua como derecho humano y los demás bienes comunes (tierra, aire puro, energía etc.,) luchamos contra la depredación del medio ambiente, la amenaza a la biodiversidad y al ecosistema en general.

– Apoyamos las exigencias de los pequeños Estados insulares del Caribe a ser resarcidos por los daños humanos de la esclavitud y a acceder a recursos que permitan su resiliencia frente al cambio climático.

– Demandamos el levantamiento incondicional, total y definitivo del bloqueo económico, financiero y comercial del gobierno de Estados Unidos contra Cuba, y la indemnización al pueblo cubano por los daños y perjuicios causados por más de medio siglo de agresiones de todo tipo.

– Exigimos la devolución al pueblo de Cuba del territorio ocupado por la ilegal base naval estadounidense en Guantánamo.

– Apoyamos el reclamo histórico de Argentina sobre la soberanía de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur.

– Exigimos la eliminación de todas las bases militares estadounidenses que existen en la región (77en total, que junto a la IV Flota, cubren todo el espacio regional), y de todas las bases militares extranjeras de cualquier país, dondequiera que se encuentren.

– Defendemos los derechos y las culturas de los pueblos originarios y afrodescendientes, y asumimos sus luchas para la restitución y ejercicio pleno de sus derechos históricos.

– Demandamos la descolonización total del Caribe y apoyamos de manera particular la independencia de Puerto Rico, al conmemorarse el 25 de julio de 2017, ciento veinte años de la invasión militar estadounidense contra esta nación caribeña. Asimismo, nos pronunciamos por la eliminación de toda forma de coloniaje y neocoloniaje.

– Respaldamos, en apego a la autodeterminación de los pueblos, la postulación del presidente Evo Morales para las elecciones de 2019, y rechazamos los planes desestabilizadores impulsados por la derecha de ese país, la OEA y la embajada de Estados Unidos.

– Exigimos la libertad inmediata de Lula, después de una condena y prisión sin pruebas y el derecho a ser candidato presidencial en las elecciones de octubre en Brasil, respetándose la voluntad de la mayoría del pueblo brasilero.                  

¡Lula Live! ¡Lula Inocente! ¡Lula Presidente!

5. ¡Como hace un año atrás, ratificamos que América Latina y el Caribe siguen en pie de lucha! Y mantienen la decisión de actuar con optimismo, decisión y mayor sentido unitario.

¡Hasta la Victoria, Siempre!