El Partido Comunista de Chile a la opinión pública

  1. Repudiamos y manifestamos nuestra indignación ante los hechos de violencia que buscaron empañar y entorpecieron la multitudinaria marcha y el acto programado en conmemoración de los 50 años del golpe fascista civil – militar.
  2. Nos preguntamos, legítimamente, a qué intereses responden quienes actúan con inusitada violencia y en un marco de abierta impunidad para su actuar.
  3. Consideramos como débiles e insuficientes las medidas policiales adoptadas para la protección de las y los miles y miles de compatriotas que concurrieron a la conmemoración, muchos de ellos y ellas en familia.
  4. Solidarizamos con quienes fueron heridos y afectados por los hechos de violencia y por el actuar indiscriminado de la policía contra la marcha. Canalizaremos las denuncias que correspondan ante los organismos y autoridades pertinentes.
  5. Coincidimos con el presidente de la República, Gabriel Boric, en cuanto a condenar categóricamente estos hechos de violencia que no deben tener cabida en democracia, que no encarnan el espíritu democrático por el cual el presidente Allende entregó su vida hace 50 años.
  6. El Partido Comunista de Chile y sus Juventudes seguirán reivindicando y defendiendo el legítimo derecho a la movilización social, a la defensa de los derechos humanos, el rescate de la memoria y la garantía de no repetición. Con democracia siempre.

Partido Comunista De Chile

Septiembre 10 de 2023




[Documento íntegro] El manifiesto del Partido Comunista de Chile a 50 años del golpe de Estado fascista civil – militar

A 50 AÑOS DEL GOLPE FASCISTA:

MANIFIESTO AL PUEBLO DE CHILE Y A LOS PUEBLOS DEL MUNDO.

 “Ante estos hechos, sólo me cabe decirles a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que entregáramos a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente.

Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen, ni con la fuerza. La historia es nuestra, y la hacen los pueblos”.

“Trabajadores de mi patria: quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen la lección: el capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición, la que les enseñara el general Schneider y reafirmara el comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus casas esperando con mano ajena reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios”.

“Me dirijo, sobre todo, a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros, a la obrera que trabajó más, a la madre que supo de nuestra preocupación por los niños”.

“Trabajadores de mi Patria: Tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momentos gris y amargo, donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor”.

“¡Viva Chile!, ¡Viva el Pueblo!, ¡Vivan los trabajadores!”

Salvador Allende Gossens, palacio de La Moneda, 11 de septiembre de 1973.

A cincuenta años del Golpe de Estado que estremeció la conciencia democrática del mundo entero, de los pueblos del mundo, la voz y el mensaje del Presidente del gobierno de la Unidad Popular, electo soberanamente por el pueblo de Chile, resuenan con fuerza y adquieren hoy mucho más vigencia y proyección de futuro.

A pesar de todos los intentos por sepultar su legado histórico, político, social, ético y cultural, su ejemplo e impronta universal se deja sentir en todos los rincones del planeta.

El proyecto popular chileno fue un camino inédito en la historia del mundo que hoy recorren, sin copia, ni calco, muchos pueblos en nuestro continente en América, en África y en Asia por la emancipación y justicia social, por la soberanía nacional y la democracia.

Una senda que, tempranamente, décadas antes de conquistar el gobierno de la Unidad Popular, las fuerzas de izquierda  nacionales  definieron como “LA VÍA CHILENA AL SOCIALISMO, CON EMPANADAS Y VINO TINTO”.

Se trata de un proyecto inconcluso, que sólo pudieron detener en la historia de Chile, temporalmente con un Golpe de Estado; la imposición del terror y el terrorismo sistemático, la aplicación planificada de la desaparición de seres humanos, los asesinatos y ejecuciones, la tortura, las represiones masivas y selectivas, las hambrunas que por años y años afectaron a millones y millones de chilenas y chilenos, así como el exterminio de todas las instituciones y espacios  sociales y políticos que por décadas caracterizaron el estado democrático del país.

 

El proyecto popular empujado por la izquierda chilena no fue un hecho episódico.

Se remonta, esencialmente, a la década de 1920 como un proceso de acumulación de fuerzas, de luchas, de creciente protagonismo de la clase trabajadora, del Pueblo.

Se construye y se refleja en formas políticas y orgánicas que se expresaron en sindicatos y asociaciones obreras de dimensión nacional; en centros sociales y solidarios; en partidos políticos; en clubes y asociaciones deportivas; en movimientos artísticos y culturales trasgresores e identitarios; en centros estudiantiles y universitarios; en organizaciones y asociaciones de mujeres que peleaban por el derecho a voto y levantaban ya, proyectos emancipatorios en diversos aspectos,en organizaciones barriales y territoriales, en una intensa acción de solidaridad con los Pueblos del mundo entero, incorporando esas causas a la vida nacional como propias o en la  construcción de medios de comunicación sostenidos desde el mismo Pueblo.

Así se fue construyendo el programa nacional para Chile; en una creativa, cotidiana, diversa y rica expresión social, política, ética, artística y cultural, que se plasmó como una identidad nacional en el arte, en las ciencias, en la educación, en la prensa y comunicaciones, en el conocimiento y en la múltiples subjetividades que surgían de movimientos feministas, juveniles,  campesinos y en Pueblos Originarios, especialmente Mapuche.

Ya en las luchas y revueltas sociales y políticas que derivan en la nueva constitución de 1925 y en el gobierno de Pedro Aguirre Cerda, del cual fue Ministro de Salud Pública el joven médico Salvador Allende de 33 años, esta irrupción se caracterizó por el creciente protagonismo del Pueblo y de la clase trabajadora como sujetos principales de esta intensa épica.

La lucha por los derechos sociales básicos de pervivencia, cívicos, (que todavía en esa época histórica no eran reconocidos por las Naciones Unidas), las sustantivas reformas al Estado, producto de batallas ideológicas, democráticas, de masas, la centralidad por terminar con la pobreza, que se asume como un deber ético de humanidad, el camino por conquistar, efectivamente, la soberanía nacional, la promulgación de leyes que se empujaban desde el Pueblo, dieron a la izquierda chilena una legitimidad que se expresó en el proyecto programático y popular que culmina, tras décadas de luchas, en el PROGRAMA DE LA UNIDAD POPULAR.

Esencialmente, este proceso histórico se trató de una fragua del Pueblo y de las masas.

La oligarquía y el imperialismo norteamericano nunca pudieron detener este camino, que se dio en los marcos del estado de derecho y de la constitución vigente, como lo señalara Salvador Allende muchas veces, pero en especial en su histórica alocución en la Asamblea General de las Naciones Unidas y en su último discurso el 11 de septiembre de 1973, minutos antes que La Moneda fuera bombardeada.

Por décadas, lo intentaron muchas veces, pero ni con masacres, ni con represiones masivas, ni con intervenciones militares, nunca pudieron detener este proceso,  cuyo punto más culminante fue el Gobierno de la Unidad Popular.

Mientras aviones de guerra bombardeaban el palacio presidencial de Chile y tanques y cañones motorizados destruían y mataban; Salvador Allende, en La Moneda, presidente constitucionalista, muere con un fusil en sus manos en defensa de la democracia, la Soberanía Nacional y del derecho del Pueblo a conquistar el socialismo, la justicia social y la emancipación en todos los aspectos.

En la década de los 90, esta frase la enuncia el representante del Gobierno de Francia en la ceremonia solemne de traslado del cuerpo del Presidente Salvador Allende desde el cementerio Santa Inés hacia el actual memorial que lleva su nombre.

Este proceso emancipador, plenamente democrático, también comenzaba a influir al interior de las Fuerzas Armadas que durante su historia fueron capturadas por la oligarquía y sometidas, en muchos aspectos, por los poderes militares del imperialismo norteamericano.

La doctrina democrática y constitucionalista, que exponía y defendía el Comandante en Jefe del Ejército, René Schneider, era compartida por otros generales y también por altos jefes militares de la Fuerza Aérea, de la Armada, de Carabineros, de la Policía Civil y de Gendarmería. En las instituciones de la defensa nacional y policiales, se comenzaba a generar un proceso de respeto a la soberanía popular que interactuaba con las ideas, las acciones y los valores del proyecto popular. La doctrina de las fuerzas armadas constitucionalistas y orientadas al bienestar de Chile cobraba más fuerza y se extendía dentro y fuera de la organización castrense.

El Comandante en jefe del Ejército, Carlos Prats, asesinado en Buenos Aires junto a su esposa por orden de Pinochet; el General de la Fuerza Aérea, Alberto Bachelet, ambos parte del gabinete ministerial al que los convoca Salvador Allende pocos meses antes del golpe, fueron expresiones sustantivas de uniformados que sostenían ideas y valores democráticos. También lo era el Edecán Naval del Presidente, Comandante Araya, asesinado por un comando de ultraderecha mientras que en Carabineros, el 11 de septiembre de 1973, prácticamente todo el cuerpo de generales del alto mando, desde su director renuncian y sólo así puede asumir el mandato de la institución “el general rastrero” Mendoza, como la definiera Allende en su intervención ese histórico y dramático día.

Por eso es un hecho que muestra la criminalidad y los métodos de la derecha y el imperialismo norteamericano, el asesinato del Comandante en Jefe del Ejército, René Schneider, por un comando integrado por agentes de la CIA y militantes de derecha chilenos para provocar una reacción militar que se resistiera a que Salvador Allende, recién electo Presidente de Chile, asumiera la jefatura del estado.

Este tipo de acciones se incrementaron hasta el mismo día del golpe de estado y en los meses posteriores.

Las alianzas que empujaban estas correlaciones de fuerzas del proyecto popular desde la izquierda tuvieron una oportunidad histórica cuando sectores políticamente significativos al interior de la Democracia Cristiana y del mundo católico y evangélico, con arraigo real e importante en sectores del Pueblo de Chile, propusieron un entendimiento político-programático sobre las bases del humanismo cristiano, los sistemas económicos cooperativos, la visión social-comunitaria y profundas reformas estructurales como lo fue la agraria.

Al interior de la DC, sin embargo, había otro sector que rechazaba enfáticamente esa propuesta.

Y en la izquierda que constituyó la Unidad Popular, tampoco prosperó esta posibilidad de alianzas.

Este hecho se produce en momentos en que el líder y candidato presidencial de la DC Radomiro Tomic llamó a conformar lo que definió como “la unidad del Pueblo”.

El programa del Gobierno de la Unidad Popular, generó medidas inmediatas que favorecieron directamente a las mayorías nacionales en materias de nutrición infantil, salud, educación, vivienda, cultura, salarios, estabilidad laboral y fuentes de trabajo. Aplicó medidas que cambiaron  en forma revolucionaria la economía, como fueron la nacionalización del cobre y las tres áreas de la economía. Se desarrolló una política de integración regional intensa que se expresó en el PACTO ANDINO para abrir mercados multilaterales y se generó una política de solidaridad con los pueblos en lucha por sus soberanías, especialmente Vietnam, Cuba, naciones africanas, del Oriente Medio y el sud este asiático, fortaleciendo los principios de autodeterminación y soberanía. Chile vivía una profunda revolución en las artes y en la cultura, con el protagonismo de millones.

La defensa del proyecto popular, de su gobierno, de su programa, eran una necesidad democrática absoluta. Amplios sectores de la clase obrera que integraban la Central Única de Trabajadores; miles y miles de obreras y obreros que integraban los cordones industriales que eran muy anteriores al gobierno de la Unidad Popular y que fueron parte de una industrialización intensa de la economía chilena, en buena medida tenían conciencia de esa necesidad. En los barrios y territorios; en los centros campesinos; asentamientos y cooperativas; en el gran sector público chileno, que incluía amplias masas de trabajadoras y trabajadores de la salud, construcción, vivienda, minería, educación, el Arte y la Cultura; había también una conciencia explícita de defender el proceso, el programa de gobierno y respaldar al Presidente Allende.

En las últimas elecciones formales y nacionales a meses del golpe la Unidad Popular creció  mucho en votación nacional.

En marzo de 1973, la Unidad Popular logró una votación nacional del 43,3%, aumentando significativamente la que había logrado para elegir al Presidente Allende.

El Partido Comunista, en esas mismas elecciones parlamentarias, obtuvo el 16%, cifra histórica sólo alcanzada en elecciones antes de la imposición de la “ley maldita”.

Las elecciones parlamentarias de marzo de 1973 se realizaron en momentos en que ya el golpismo, la oligarquía y el imperialismo impulsaba el boicot a la economía través de formas de bloqueo y chantaje en el parlamento, paros de camioneros y atentados de diverso tipo en todo el país.

En esas mismas elecciones, también aumentó su votación la derecha golpista, que en alianza electoral con la DC, logró crecer especialmente en los sectores de capas y clases medias de Chile, que veían con temor el proyecto popular por las incertidumbres que existían y especialmente por el boicot a la economía que logró imponer Estados Unidos en total complicidad con la oligarquía y el gran empresariado local.

La Unidad Popular era ante todo, un proyecto político, social y económico emancipador y soberano y fue a su vez, un proyecto cultural profundamente liberador. Esa conjunción era y es amenazante para la esencia de las clases dominantes, puesto que le da coherencia y significado a un cambio profundo.

El gobierno del Presidente Allende le dio voz y rostro a quienes históricamente no la tuvieron; a las y los trabajadores que hacen que Chile se mueva, a los más humildes, a los niños y niñas, a la mujer, al campesino y campesina, a las y los pobladores y estudiantes. La dictadura sólo acalló temporalmente esas voces.

Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973 iba a anunciar la convocatoria a un plebiscito desde la Universidad Técnica del Estado. Su objetivo era así enfrentar la crisis y proponer al Pueblo que se pronunciara ante una nueva propuesta de constitución política, que garantizara constitucionalmente los derechos sociales; económicos; políticos y culturales en un nuevo estado de derecho.

En el pasado y en el presente, la historia muestra que todo proceso de transformaciones estructurales y profundas, invariablemente, requiere ser defendido con la conciencia y el protagonismo popular en forma organizada y protagónica; con las alianzas más amplias que expresen la Unidad del Pueblo y la correlación de fuerzas necesaria para derrotar a la oligarquía y al imperialismo norteamericano, principales obstáculos, hoy y en el futuro para lograr ese objetivo histórico.

En ese contexto, la defensa democrática de un proyecto nacional y popular, en todos sus aspectos, es una necesidad.

Tras el golpe, el Pueblo de Chile, desde la barbarie a la que fue sometido en todos los aspectos, se fue organizando; articulando; resistiendo. Años de dramatismo; heroísmo y sacrificios colectivos; anonimato que no logra disminuir la epopeya de un Pueblo que, una vez más, se decidió a luchar en contra de la salvaje tiranía.

Y la resistencia fue creciendo en barrios, en territorios, en centros estudiantiles, en industrias, las agrupaciones de familiares de detenidas y detenidos desaparecidos, de ejecutados y ejecutadas, los movimientos de defensa de los derechos humanos y la vida, los comedores populares, las ollas comunes, el trabajo mancomunado en muchas parroquias e iglesias, mostraron una vez más la necesidad de avanzar en la unidad del Pueblo, en toda su diversidad.

La resistencia obrera, a pesar de ser el sector social más sometido al exterminio, se fue re- articulando, y ya a fines de la década de los 70,} del siglo pasado, comenzaron las primeras huelgas en demandas por la pervivencia y el derecho al trabajo.

El derecho a la vida, a vivir, fue la consigna que surgió en todo el país, como un clamor popular creciente.

El Partido Comunista impulsó esa unidad política y social, desde la clandestinidad, desde la persecución a que era sometido día a día, y ante el terrorismo de estado imperante, decidió empujar la Rebelión Popular de Masas y todas las formas de lucha que el Pueblo adoptara y estuviera dispuesto a empuja para derrotar la barbarie y abrir paso a un camino de transición democrática.

Fue este camino del Pueblo de Chile y no otro el que abrió paso a la transición y a las transformaciones, tal como había ocurrido en otros momentos de la historia del país.

Y como lo ha sido también, el estallido y la protesta obrero y popular multitudinaria que puso en cuestión la vigencia de un sistema que, a comienzos de los noventa de este siglo, se intentó imponer como el “fin de la historia”; el camino único; el pacto transicional que excluyó a las grandes mayorías y ha dejado fuertes grietas sociales y económicas que padecen millones  de  familias de Chile hasta hoy.

En este duro camino, el Pueblo de Chile ha recibido siempre una generosa y concreta solidaridad de los Pueblos del mundo. A 50 años del Golpe, reconocemos desde lo más profundo esta solidaridad, la agradecemos con emoción  y nos compromete para seguir adelante.

El desafío más importante del futuro inmediato en Chile, es mantener la vigencia de la necesidad de transformaciones estructurales en beneficio del Pueblo. Lograr que ese camino incluso se acreciente, con la fuerza de la Izquierda y su objetivo Socialista para construir las más amplias alianzas.

Con el protagonismo de las mayorías nacionales, impedir que las fuerzas reaccionarias bloqueen y hagan fracasar el gobierno del Presidente Gabriel Boric, porque su objetivo es la restauración conservadora y tratar de imponer un ciclo tremendamente regresivo hacia el futuro. Hoy lo vemos en acciones negacionistas; fascistas; provocadoras y violentas; en llamados a las Fuerzas Armadas; en acciones y declaraciones que  tienen la inmoralidad de desconocer y negar la existencia de hechos tan repulsivos e inhumanos como fueron la tortura, la violación y el asesinato de mujeres.

Nuestra tarea de primera línea, hoy, es responder a las necesidades sociales y económicas más urgentes de pervivencia de las mayorías nacionales. En salud, educación, vivienda, salarios, seguridad; pensiones y el trabajo digno. Seguir adelante con las reformas y lograr la nacionalización del litio, que a escala histórica, puede tener una importancia tan relevante como la nacionalización del cobre. Mantener la batalla por una nueva constitución política y derrotar la ofensiva derechista que, en todos los aspectos, pretende imponer una regresión conservadora y reaccionaria en contra del Pueblo.

Insertar a Chile plenamente en el proceso dinámico que hoy camina hacia el multilateralismo con fuerza, desafiando la hegemonía del imperialismo norteamericano y sus socios de la OTAN para avanzar con decisión hacia la integración de los pueblos de nuestro continente, hacia la Patria Grande.

En ese camino para derrotar la ofensiva de la derecha, nos sigue acompañando la senda del Movimiento Popular; de la Unidad Popular; de Salvador Allende, de las y los millones y millones que por décadas lucharon por un Chile justo, soberano, unido a los pueblos que en el mundo batallan  por superar el capitalismo salvaje; la dominación imperialista; las guerras criminales e intervenciones militares.

Allende Vive

Mil veces venceremos

Partido Comunista de Chile

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Funeral del Presidente del Partido Comunista Guillermo Teillier del Valle: Jornada de emotiva, masiva e intensa expresión política y popular

En la mañana de este jueves, se rindieron las últimas guardias de honor en el velorio del presidente del Partido Comunista de Chile. Al lugar concurrieron los comités regionales de todo el país, el comité central, junto con delegaciones diplomáticas y gran cantidad de gente. Militantes del Partido Comunista y las Juventudes, junto con figuras importantes, de la diplomacia internacional y otros partidos de gobierno, ministros/as y parlamentarios/ias.

La ex presidenta de la república, quien fuera alta comisionada de la ONU para los DD.HH., Michelle Bachelet, rindió una guardia de honor, junto con la ministra del Interior y militante del Partido Por la Democracia, Carolina Tohá. También participaron los diputados Tomás Hirsch de Acción Humanista y Gael Yeomans, de Convergencia Social.

La ex presidenta, valoró el papel clave que jugó Guillermo Teillier en la conformación de la Nueva Mayoría, destacando la lealtad y consecuencia de los comunistas. Asimismo, expresó su conmoción y dolor por la partida de Guillermo Teillier, declarando que: “Sin duda lo vamos a echar mucho de menos en la política, mucho de menos, pero estoy segura que el Partido Comunista estará a la altura de las tareas y los desafíos que se vienen. Así que solo desearles fuerzas, coraje, determinación y todo mi cariño para todos ustedes”.

Carmen Hertz, diputada de la republica y activista por los Derechos Humanos, entonó un emotivo discurso, de parte de los y las parlamentarias comunistas. La diputada expresó: “Las parlamentarias y parlamentarios del Partido Comunista de Chile, despedimos con honda tristeza y al mismo tiempo con un gran orgullo al compañero Guillermo Teillier, un comunista cabal, una persona a quien no le gustaban las alabanzas, siempre sereno, siempre certero. Un patriota noble y generoso comprometido desde su adolescencia con las luchas y los anhelos del movimiento Popular de nuestra patria”.

«En 1980 nuestro partido proclama la política de Rebelión Popular de Masas. La rebelión contra una tiranía, que como bien sabemos es no solo un derecho de los pueblos oprimidos, sino un deber. Y así ha sido consagrado desde Santo Tomás de Aquino hasta la consagración universal de los derechos humanos. Con gran valentía el compañero Teillier, con gran coraje, asumió el compañero Teullier como jefe de la comisión militar del partido comunista y nexo con el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, que lideró la resistencia armada como organización político militar contra el dicator genocida. Un grupo de jóvenes militantes estuvieron dispuestos a dar la vida por la libertad de nuestro país y por la obtención de la democracia para nuestro pueblo» Agrego la diputada, resaltdo su papel de luchador antifascista y estratega politico-militar.

Luego de Carmen Hertz, en representación de las y los parlamentarios comunistas el feretro fue retirado del salon de honor del congreso nacional, comenzando una marcha al son de banderas rojas. Las juventudes Comunistas, delegaciones de regionales de todo el país y delegaciones sindicales, marcharon acompañando los restos de su difunto presidente, en un recorrido que dejó postales para el recuerdo, con un masivo despliegue de la militancia y de un sector del pueblo.

Una vez llegados a la explanada de la Plaza de la Paz, frente al Cementerio General. Se realizó  el funeral de Guillermo Teillier del Valle, estadista, luchador por la democracia y presidente del Partido Comunista de Chile, por 18 años.

El recorrido hasta el Cementerio

Fotografías cortesía de Benjamín Saez 

El Funeral

En un funeral de Estado al que asistieron importantes figuras diplomáticas y políticas, se despidió al presidente del Partido Comunista. El presidente de la República, Gabriel Boric junto con los ministros comunistas de su gabinete, más la comisión política del Partido Comunista y la bancada parlamentaria, quienes estuvieron en primera fila, acompañando a la familia del presidente del PC. Asimismo, estuvieron presentes en la ceremonia, diferentes representaciones diplomáticas de varios países de Latinoamérica y el mundo.

Fotografía de Benjamín Saez 

Lautaro Carmona: «Un comunista de carta cabal»

El Secretario General del Partido Comunista, Lautaro Carmona, emitió un profundo discurso, en donde recogió gran parte de la trayectoria de Guillermo Teillier, y su legado como un comunista consecuente, un revolucionario inmenso, en acción y palabra. Destacando, que en todo Chile se realizaron actos y homenajes en despedida al presidente del Partido Comunista, también valorando la participación del presidente de la república y gran parte de su equipo del gabinete en los ritos funerarios del Presidente del Partido Comunista

«Las banderas rojas con la hoz y el martillo, en todos los rincones del país, se inclinan. Como homenaje al compañero Guillermo Teillier, un comunista de carta cabal. Están son las banderas que también representan a la Izquierda de nuestro país y más allá. Son las banderas que levantan luchas antiimperialistas y de solidaridad con los pueblos. Son las banderas de la solidaridad y hermanamiento de los pueblos en las causas nobles que levantan reclamando soberanía. Son las banderas Allendistas, que jamás renunciara a la lucha con perspectivas socialista, de acuerdo a las perspectivas de nuestro país».

Lautaro Carmona finalizó expresando: «El legado de Guillermo, visto desde la historia como proceso, es la trayectoria de una coherencia, realizada en actos y acciones. Estará presente en los desafíos y acciones que enfrentamos con motivo de la planificación que viviremos 50 años después del Golpe fascista. Estará en los contenidos y estará el presente en las reflexiones que compartamos en nuestro manifiesto al pueblo de Chile, qué dice 50 años del golpe de estado que estremeció la conciencia democrática del mundo entero. De los pueblos del mundo. La voz y el mensaje del presidente del gobierno de la Unidad Popular, electo soberanamente por el pueblo de Chile, resuenan con fuerza y adquieren hoy mucha más vigencia, y proyección de visión de futuro. A pesar de todos los intentos por sepultar su legado histórico, político, social, ético y cultural, su ejemplo e impronta universal se deja sentir en todos los rincones del mundo, ahí está representado el pensamiento de nuestro presidente, de Guillermo Teillier. Corresponde en esta despedida a un revolucionario, que realzó su vida entregando todas sus capacidades y haciendo opciones que significaban postergar mejores condiciones de vida, o legítimos derechos de formación. Manifestar lo que ha cortado el Comité Central del partido, entregarle el máximo reconocimiento, el mérito militante que establece nuestra cultura y estatutos: La orden Luis Emilio Recabarren, hacerlo en forma póstuma y entregárselo al compañero Guillermo Teiller del Valle. Antes de entregarla, los invito a que recojamos todas y todos, cada uno en su espacio. El legado de consecuencia y de compromiso y transformémoslo en práctica y así contribuyamos a acercar esa sociedad qué le llevó la vida a Guillermo Teillier haciendo aporte. Honor y gloria para Guillermo Teiller esa dimensión tan alta de un revolucionario latina del Caribe en nuestro país, ejemplo y tu legado y eso será fuerza y energía. Querido compañero Guillermo. ¡Presente ahora y siempre! ¡Hasta la victoria siempre! ¡Con tu ejemplo mil veces venceremos!».

Fotografía de Luis Hidalgo

Daniela Serrano: «Con estas palabras puedo representar lo que significó tu rol como conductor revolucionario en los momentos más duros de la dictadura»

Daniela Serrano, diputada de la república y presidenta de las Juventudes Comunistas, que se desplegaron masivamente a en la despedida del presidente del PC. Valoró la figura de Guillermo Teillier, destacando su rol de conductor del partido, e incansable luchador por los derechos de las y los trabajadores del país y el mundo.

<<Con estas palabras puedo representar lo que significó tu rol como conductor revolucionario en los momentos más duros de la dictadura. Dónde la política de la Rebelión Popular de Masas fue sin duda la formadora de jóvenes militantes audaces y rebeldes.

Compañero Guillermo, presidente. Los y las Jotosas sentimos el compromiso y la responsabilidad histórica que la militancia comunista tiene por la democracia. Aquella tarea incesante del partido que lideraste tal convicción la hemos asumido como una obligación, una lucha colectiva donde nos Hemos jugado por completo para romper cada uno de los candados dejados por la dictadura y construir así la anhelada justicia social que el pueblo de Chile comunistas a las que siempre valoraste estimulaste su crecimiento y a las cuales consideraste como uno de los principales motores del partido hemos sabido y seguiremos cumpliendo con nuestro deber. Con alegre rebeldía corrimos los cercos de lo posible, estaremos en las escuelas, en las universidades y en las poblaciones levantando los anhelos y esperanzas de la juventud que se esmera día a día en construir un país más justo.

Tu recuerdo será el del luchador social que estuvo del lado correcto de la historia, siempre junto a los trabajadores y trabajadoras y será el ejemplo que impulse a la unidad empujando y haciendo avanzar el programa del presidente Gabriel Boric, a quien aprovecho de saludar. Hoy la Jota vuelve a conducir la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, esa que se constituyó como pieza fundamental para la disputa del Poder y del parlamento, estará desplegándose, entonces esta jota a lo largo de todo Chile para saber cumplir.  ¡Honor y Gloria al presidente del partido comunista Guillermo Teillier del Valle!>>

Fotografía de Benjamín Saez

Condolencias desde el Partido Comunista Cubano

Humberto Camilo Hernández, miembro del Comité Central del Partido Comunista Cubano y Jefe del Departamento de Cuadros. Expresó que desde el pueblo cubano comparten el profundo dolor de la sensible perdida de Guillermo Teillier, catalogándolo como “un paradigma para las nuevas generaciones de comunistas y revolucionarios de América Latina” y un “Antiimperialista por convicción y luchador imprescindible para nuestra América”.

<<Queridos compañeros y compañeros del Partido Comunista de Chile, familiares y amigos. Con profundo pesar compartimos con ustedes el dolor de la sensible pérdida del amigo Guillermo Tellier antiimperialista por convicción y luchador imprescindible para nuestra América. Su legado como Antifascista, comprometido desde muy joven con el ideal comunista, que puso en práctica su entrega incondicional a las luchas del partido por los derechos legítimos del pueblo chileno. Lo convierten en paradigma para las nuevas generaciones de comunistas y luchadores de izquierda de toda América Latina. Lo dignifican su resistencia a las crueles torturas de las que fue víctima cuando permaneció como prisionero de la dictadura fascista de Augusto Pinochet y su firme decisión de no abandonar su país y desde la clandestinidad, mantener viva y fortalecer la admirable y centenaria historia de lucha de los comunistas chilenos.

Disímiles tareas asumidas dentro del Partido Comunista de Chile, lo acercaron a y a su Revolución. Siempre mostró gran admiración por el comandante en jefe, Fidel Castro Ruz, que junto a Salvador Allende estrecharon sus lazos de amistad entre los pueblos cubanos y chilenos. Cuba no olvidará su permanente y combativa solidaridad en defensa de nuestro proceso revolucionario, con plena confianza en los principios y valores de Socialismo, que las generaciones continuadoras de cubanos y cubanas seguiremos defendiendo hoy, con la firme convicción de que venceremos la guerra criminal que nos impone el imperialismo yanqui. Jamás olvidaremos la invaluable conducción del compañero Teillier, a la forja,de la hermandad que une a nuestros partidos y pueblos. Ante su partida física, invocamos las palabras del héroe nacional de Cuba, José Martí, quien sentenció y cito: “La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida” ¡Hasta siempre querido compañero Guillermo Teillier!»

Discurso de su hijo Pablo Teillier

Las últimas palabras en que rindieron homenaje a Guillermo Teillier en su masivo e importante funeral, fueron las de su hijo Pablo Teillier, quien agradeció las múltiples muestras de cariño y respeto en solidaridad con la familia, aprovecho de dirigirse al país para pedir un freno ante el negacionismo de las violaciones de los derechos humanos en dictadura y aseguro que como familia se sintieron orgullosos de cada una de las decisiones de su padre.

<<Hablo nombre de mis hermanos: De Lorena Teillier, de Fernando.  Para nosotros fue muy difícil vivir los años de Dictadura sin nuestro padre. Nuestro padre, como lo hemos escuchado acá en las intervenciones anteriores, estaba como lo dijo un compañero cuando veníamos en el cortejo para acá, dando cara. Estaba haciendo lo que un hombre tenía que hacer o una mujer tenía que hacer, luchando en contra de la dictadura. Si nos preguntan a nosotros como hijos: ¿Fue difícil vivir sin nuestro padre nuestra infancia? Sí, fue difícil. Pero si nos preguntan si estamos orgullosos de las decisiones que tomó nuestro padre, si estamos orgullosos de las decisiones que tomó nuestro padre. Como ustedes bien saben nuestro padre no era de muchas palabras, es más, me lo venía imaginando ahora diciéndome: —Cuidado con lo que vas a decir por Pablito—. Pero, mi padre, sin embargo, nuestro padre, esposo, abuelo, tío, era una persona que nos dejó un legado, un ejemplo inmenso que nunca podremos superar. Ejemplo de dignidad, de disciplina partidaria, de una enorme generosidad. He hablado en estos días con personajes de nuestro querido Partido, he hablado con personas como Irací Hassler como Karol Cariola, como la alcaldesa de Lo Espejo, Javiera (Reyes), con Camila (Vallejo) con una generación joven unida y nos han dicho, como familia nos han expresado. Que mi padre es uno de los responsables por abrirles camino y por darles la mano solidaria para que hoy día nos puedan representar con el orgullo de nuestro partido. Quiero agradecer a nuestro presidente de la república, Gabriel Boric por las visitas, no solamente por la presencia en estos ritos, sino que también por tus visitas Gabriel, permíteme llamarte así. A mi padre le hicieron inmensamente feliz, se sintió muy reconocido cuando estábamos en el hospital. Muchas gracias de todo corazón.>>

Lautaro Carmona y Pablo Teillier cargando el féretro junto al Presidente Gabriel Boric. Fotografía de Benjamín Saez

«Quiero pedir un reconocimiento y un aplauso cerrado para tres de las personas que han sido leales amigos de mi padre, me refiero al camarada Leonardo Candia, a Juanito González y a Gabriel García “El Negro” ,quiero agradecer también por los abrazos que hemos recibimos uno de los más significativos el de Verónica Denegri, llamados telefónicos de Lorena Pizarro.

Con esto quiero decir, que nuestro partido conoce el dolor, conocen lo que significa sentir la ausencia de esposos, hijas e hijos y que como familia nos sentimos parte de ese dolor. Y que le hacemos un llamado humildemente desde este lugar a los sectores políticos, que por favor dejen de relativizar lo que paso hace 50 años atrás: Las desapariciones no son ficción. Las fusiladas y los fusilados no son ficción. Las torturadas y los torturados, como lo fue mi padre, no son una invención del marxismo, existieron los centros de tortura, existió un estado que se dedicó al exterminio. Por favor le decimos al país, sin odio y sin rencor, dejemos de relativizar los crímenes cometidos por la dictadura. Quiero decirles, además para ir terminando, que mi padre jamás tuvo una palabra de odio en contra del adversario, nunca lo vi con rabia, nunca lo vi gritar, nunca lo vi perder el control. Es con esa templanza compañeras y compañeros que el Partido Comunista de Chile debe seguir abriéndose camino, por una patria justa y solidaria. Con el ejemplo de nuestro padre, familia del partido comunista de Chile, vamos a seguir adelante.

Amado Guillermo, aquí te dejamos, junto a Gladys Marín, junto al compañero Volodia, junto Salvador Allende, junto a Don Luis Corvalán, tal como tú lo querías, estamos cumpliendo con tu deseo amado padre, querido Guillermo Teillier del Valle.  ¡Compañeras y compañeros, con el legado de Guillermo Teillier, mil veces venceremos!>>

Entre los discursos estuvieron presentes con música destacados artistas; Roberto Márquez, Inti-Illimani, La Chinganer y Manuel García. Una vez concluida la ceremonia de Estado, la familia, la dirigencia PC y su grupo más cercano realizó la última despedida a Guillermo Teillier del Valle.




“Las ideas-fuerza” del PC para conmemorar los 50 años del golpe de Estado

Las posturas que promoverá la colectividad de la hoz y el martillo en relación a posiciones y debates instalados en estas semanas respecto al Gobierno de la Unidad Popular y el carácter de la asonada golpista de 1973.

Equipo “El Siglo”. Santiago. 28/6/2023. El Área de Comunicaciones del Partido Comunista (PC) elaboró un documento, al que tuvo acceso ElSiglo.cl, donde se definieron “ideas-fuerza” a considerar en las actividades, reflexiones y debates en torno de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado que derrocó al Presidente Salvador Allende.

Una de las ideas centrales que se quiere expresar en estos meses, es la de “Democracia siempre” y, en esa línea, que “lo que conmemoramos es los 50 años de un golpe civil-militar a la democracia de Chile”.

En lo que sería parte de la reflexión y de las polémicas que se han instalado, en el documento se señala que “el Golpe fue una conspiración civil-militar qué comenzó antes incluso que asumiera el gobierno popular, una vez consolidado el triunfo electoral el 4 de septiembre de 1970: Asesinato del general Schneider, atentados a oleoductos, líneas ferroviarias, salida capitales financieros, el paro de camioneros (todo dirigido y financiando por los EE.UU.)”. Y que “el gobierno de la Unidad Popular fue un gobierno legitimado socialmente, electoralmente y de carácter profundamente transformador”.

Precisamente en la idea de resaltar la experiencia del Gobierno del Presidente Salvador Allende, el texto del Área de Comunicaciones del PC apunta que “se orientó en su programa y accionar a la justicia social y dar dignidad a las personas”, que fue “expresión de un acumulado de luchas históricas orientadas a combatir las desigualdades y a alcanzar la máxima expresión democrática”.

Se añade que la administración de la Unidad Popular “tuvo logros significativos, entre ellos en política habitacional, salarial, medio litro de leche para toda la niñez y la nacionalización del cobre, entre tantas otras”.

En lo que tiene que ver con debates instalados en estas semanas, “las ideas-fuerza” expresadas desde el PC apunta a que el Gobierno de Salvador Allende estuvo “asediado por la derecha, por los poderes económicos transnacionales y Estados Unidos, dado el carácter de soberano política y económicamente. Enfrentó con ideas y voluntad popular el terrorismo de extrema derecha, el sabotaje y el boicot económico”.

En contrapunto con lo que fue la dictadura iniciada con la asonada golpista, se dice que el Gobierno de la UP “expresó un respeto irrestricto a los derechos humanos”, mientras que “la barbarie fascista del golpe se explica en la intención de exterminar ideas emancipadoras y desarticular con la más cruel represión las organizaciones sociales y políticas”.

En alusión a un punto de tensión en el marco de los 50 años del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, se señala en el documento que “el negacionismo actual es condenable. La visión neutral que empata, vulnera la realidad y la conducta democrática de la UP y en especial del presidente Allende y el PC. Por eso es clave ‘el nunca más’. Con verdad, justicia y reparación”.

En la parte final del texto, con las ideas que las comunistas y los comunistas expandirían durante estos meses, se apunta que “defender el carácter transformador del proyecto, es defender la vigencia de sus ideas y propósitos. La UP es nuestra historia, nos da luz de un profundo sentido de futuro, de esperanza y de construcción de movimiento social y popular organizado”.




El llamado a honrar a Allende y condenar el golpe de Estado

Documento suscrito por 13 Premios Nacionales y decenas de personas del mundo social, intelectual, político y académico. “Vimos con horror cómo era derrocado a sangre y fuego no solo un gobierno elegido democráticamente y un presidente que murió en La Moneda defendiendo la democracia, sino también un proyecto de cambio social”. “Corresponde que el Estado de Chile lidere tanto la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado como el reconocimiento a la figura del presidente Salvador Allende”. “Es también responsabilidad de los actores políticos, sociales y culturales no ceder al relato de quienes justifican el Golpe de Estado, minimizan el impacto y los efectos que esta tragedia”.

Equipo “El Siglo”. Santiago. 5/7/2023. El siguiente es el texto íntegro de la declaración suscrita por destacadas personalidades de los mundos de la cultura, la academia, la política, y del mundo social, incluidos 13 Premios Nacionales:

A 50 años del golpe de Estado, llamamos a honrar la figura del Presidente Allende, a condenar el golpe civil-militar y fortalecer el compromiso de “Nunca Más”.

1.- A 50 años del Golpe de Estado civil-militar, hacemos un llamado para que esta conmemoración se asuma con la relevancia de un hito histórico fundamental que marcó a generaciones en Chile y el mundo entero. Vimos con horror cómo era derrocado a sangre y fuego no solo un gobierno elegido democráticamente y un presidente que murió en La Moneda defendiendo la democracia, sino también un proyecto de cambio social por vía pacífica, “la vía chilena al socialismo”, que, paradojalmente, fue bombardeado para instalar un régimen cuya crueldad y desprecio por la vida y la dignidad humana quedará en los analesde la historia de la humanidad.

2.- A cinco décadas de esta fecha, corresponde que el Estado de Chile lidere tanto la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado como el reconocimiento a la figura del presidente Salvador Allende como hitos centrales para la formación democrática de las actuales y nuevas generaciones. El gobierno debe asumir con convicción democrática que tanto el quiebre de la democracia como la muerte de un presidente que defiende con su vida la constitución y las leyes, no pueden ser relativizados con discursos que niegan la historia y socavan las bases mismas de toda institucionalidad democrática.

3.- Solo así podremos volver a dar sentido al Nunca más y honrar a las mujeres y hombres asesinados, detenidos-desaparecidos, torturados, exiliados y oprimidos por la maquinaria del horror que -desde el Estado- a sangre y fuego dominó nuestro país entre el 11 de septiembre de 1973 y el 11 de marzo del año 1990.

4.- Es también responsabilidad de los actores políticos, sociales y culturales no ceder al relato de quienes justifican el Golpe de Estado, minimizan el impacto y los efectos que esta tragedia tiene para la democracia, omiten la relevancia de la intervención extranjera, ocultan el brazo artero y criminal de la sedición de la extrema derecha, entre otros ejemplos. Estos discursos constituyen una lamentable complicidad intelectual con las horas más viles que ha vivido Chile en su historia, y replican la clásica fórmula de culpabilizar a las víctimas de los crímenes de sus victimarios.

5.- Los 50 años del Golpe de Estado se conmemoran en Chile en un contexto de retroceso de las fuerzas democráticas y progresistas luego de las derrotas electorales en el proceso constitucional vigente. Con ello, y como parte de la deriva conservadora, asistimos a la proliferación de discursos negacionistas que cuestionan las violaciones de los Derechos Humanos y los crímenes de lesa humanidad cometidos por el Estado de Chile contra hombres, mujeres y niños, documentados profusamente por la justicia y organismos nacionales e internacionales. Es por ello que con una mirada de futuro debemos asumir el compromiso de “Nunca Más” y su promesa de verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición, no como una consigna, sino a través de acciones y políticas públicas que además promuevan en todos los niveles la relevancia del respeto a los Derechos Humanos en una sociedad democrática.

6.- En ese marco nos parece necesario decir que mantenemos entre nosotros todas aquellas vidas brutalmente arrebatadas, como las de Gloria Ester Lagos Nilsson, Cecilia Miguelina Bojanic Abad, Jacqueline Drouilly Yurich, Nalvia Rosa Mena Alvarado, Elizabeth de las Mercedes Rekas Urra, Reinalda del Carmen Pereira Plaza, Gloria Ximena Delard Cabezas, Diana Frida Arón Svigilsky, Michelle Marguerite Peña Herreros, María Cecilia Labrín Sazo, mujeres que al momento de su detención se encontraban embarazadas, mujeres detenidas desaparecidas por la dictadura civil-militar. Es hora de que en todos los rincones de Chile se pueda honrar dignamente sus memorias “para construir una sociedad mejor”.

7- Finalmente, hacemos un llamado a las fuerzas democráticas y progresistas del país agrupadas en partidos políticos, organizaciones sociales, culturales, de Derechos Humanos; a los intelectuales, trabajadores, y a todos quienes hacen parte de nuestra sociedad, a articularse en la defensa de la democracia y las libertades, hoy en riesgo con el avance de la ultraderecha parapetada en discursos neofascistas que, como 50 años atrás, representan un retroceso para la humanidad.

Santiago, julio de 2023.

Elikura Chihuailaf, escritor. Premio Nacional de Literatura

Gonzalo Díaz, artista visual. Premio Nacional de Arte

Diamela Eltit, escritora, Premio Nacional de Literatura

Paz Errázuriz, fotógrafa, Premio Nacional de Arte

Manuel Antonio Garretón, sociólogo. Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales

Miguel Lawner, arquitecto, Premio Nacional de Arquitectura

Tomás Moulián, sociólogo, Premio Nacional de Ciencias sociales

Héctor Noguera, Premio Nacional de Artes de la Representación y Audiovisual

Guillermo Núñez, artista visual. Premio Nacional de Arte

Julio Pinto, historiador, Premio Nacional de Historia

Manuel Silva Acevedo, poeta. Premio Nacional de Literatura

Faride Zerán, periodista, Premio Nacional de Periodismo

Raúl Zurita, poeta. Premio Nacional de Literatura

Ignacio Agüero, documentalista

Silvia Aguilera, directora LOM Ediciones

Sergio Aguiló, ex diputado

José Miguel Ahumada, académico del Instituto de Estudios Internacionales, Universidad de Chile

Marcela Ahumada, directora ejecutiva Fundación Salvador Allende

Rocío Alorda Zelada, periodista, presidenta del Colegio de Periodistas de Chile

Hugo Arévalo, documentalista, música

Jorge Arrate, miembro del comité ejecutivo de plataforma socialista

Marina Arrate, poeta

Oscar Barrientos, escritor. Premio Iberoamericano Julio Cortázar

Pía Barros, escritora

Jaime Bassa, abogado, Abogado, Ex vicepresidente de la Convención Constitucional.

Jose Bengoa, Profesor

Soledad Bianchi, ensayista, crítica cultural

Michel Bonnefoy, escritor

Eugenia Brito, poeta, critica literaria, Universidad de Chile

María Eugenia Camus, periodista

Manuel Canales, sociólogo,

Rossana Carrasco, politóloga

Carmen Castillo, cineasta.

Alfredo Castro, actor

Roberto Celedón, abogado

Jacques Chonchol, agrónomo, ex ministro de agricultura del Gobierno de Salvador Allende

Charo Cofré, cantora popular

Gregory Cohen Muñoz, escritor, cineasta, profesor

Juan Ignacio Colil, escritor

Ivonne Coñuecar, escritora, periodista

Alejandra Costamagna, escritora

Renato Cristi, profesor emérito de filosofía

Genaro Cuadros, arquitecto urbanista, UAHC

Pablo de la Barra, cineasta

Víctor Hugo de la Fuente, director Le Monde Diplomatique Chile

Leonardo de la Prida, abogado, ex fiscal, Osorno

José del Pozo, profesor asociado de historia, Université du Québec, Montreal, Canadá

Ramón Díaz Eterovic, escritor

Mia Dragnic, socióloga

Horacio Durán, músico, Grupo Inti-Illimani Histórico

Patricia Espinosa, académica, crítica literaria

Francisco Javier Estevez, comité ciudadano de memoria democrática

Soledad Falabella, académica

Nona Fernández, actriz, dramaturga

Pierina Ferretti, directora ejecutiva Fundación Nodo XXI

Juan Forch, escritor, periodista

Cristián Galaz, cineasta

Benjamín Galemiri, dramaturgo

Federico Galende, académico

Magdalena Garcés, abogada y defensora de Derechos Humanos.

Mario Garcés, historiador

Liliana García, actriz

Gustavo González, periodista y escritor

Sonia González, escritora

Patricia Guzmán, actriz

Ana Harcha, artista escénica, académica

Carmen Hertz, diputada

Alvaro Hoppe Guiñez, fotógrafo, periodista

Douglas Hubner, periodista

Jaime Huenún, poeta

Margarita Iglesias, historiadora, académica Facultad Filosofía y Humanidades, U. de Chile

Manuel Jacques, constitucionalista, Universidad Bolivariana

Gonzalo Justiniano, cineasta

Rodrigo Karmy, académico

Marcelo Leonart, escritor

Miguel Littin, cineasta

Eugenio Llona, periodista y poeta.

Elisa Loncon Antileo, académica. Ex Presidenta Convención Constitucional

Jaime Lorca, director del Centro de Formación Memoria y Futuro

Jorge Magasich, historiador

Claudio Mandler, Asociación Judía Diana Aron, AJDA

Carlos Margotta, presidente Comisión Chilena de Derechos Humanos

Camila Miranda, presidenta Fundación Nodo XXI

Gonzalo Martner, ex presidente del Partido Socialista

Lina Meruane, escritora

Jorge Montealegre, escritor

Marcelo Montecino, fotógrafo

Maribel Mora Curriao, poeta

Diego Muñoz, escritor

Rosabetty Muñoz, poeta. Premio Manuel Montt de Poesía

Claudio Nash, abogado, académico

Naín Nómez, profesor de literatura, poeta

Kemy Oyarzún Baccaro, escritora y académica

Pablo Oyarzún, filosofo, académico Universidad de Chile

Nivia Palma, abogada, ex directora de la Dibam y ex ministra de Bienes Nacionales

Dino Pancani, profesor de la Universidad de Chile

Claudia Pascual, senadora

Jorge Pavez, profesor, ex presidente del Colegio de Profesores

Claudio Pérez, fotógrafo

Mauricio Pesutic, actor

Roxana Pey, presidenta Fundación Cenda

Roberto Pizarro, economista

Luis Poirot, fotógrafo

Pablo Policzer, profesor de ciencia política, Universidad de Calgary, Canadá

Ximena Poo, académica

Alvaro Ramis, académico

Loreto Rebolledo, antropóloga

Jorge Reveco, comunicador audiovisual

Nelly Richard, crítica cultural

Manuel Riesco, vicepresidente Fundación Cenda

Roberto Rivera, escritor, director de la SECH, ex presidente

Grínor Rojo, académico profesor titular de la Universidad de Chile

Gonzalo Rovira, ex presidente de la FECH

Shenda Román, actriz

Carmen Romero Quero, gestora cultural

Margarita Romero, médica, defensora Derechos Humanos

Carlos Ruiz Encina, sociólogo

Esperanza Silva, actriz

Andrea Slachevsky, neuróloga, académica Universidad de Chile

Paulo Slachevsky, director LOM ediciones, fotógrafo

Bernardo Subercaseaux, académico profesor titular de la Universidad de Chile

Alia Trabucco Zerán, escritora.

Sergio Trabucco, cineasta

Sergio Trabucco Zerán, periodista

José Leandro Urbina, escritor

Silvia Vera Sommer pedagoga

Leonora Vicuña, fotógrafa

Pedro Vicuña, poeta

Lautaro Videla, economista

Lieta Vivaldi, abogada

Paul Walder, director de El Clarín

Claudia Zapata, directora del Centro de Estudios Culturales Latinoamericanos. U.




La reforma educacional de Allende a 50 años del golpe

Pese al largo tiempo transcurrido, el conocimiento del proyecto de la Escuela Nacional Unificada se justifica plenamente, no sólo por la alta relevancia de la educación en toda sociedad, sino por tratarse de un proyecto emblemático de la historia de la educación chilena.

José Miguel Arteaga(*). 2023. 172 pags. 2023. El proyecto de reforma educacional del Gobierno de Salvador Allende, la Escuela Nacional Unificada (ENU), fue una parte medular del programa de cambios estructurales del Gobierno de la Unidad Popular. Hundía sus raíces en la larga historia del magisterio chileno, en la experiencia internacional y en los estudios y propuestas de la UNESCO.

La ENU fue un proyecto de reforma integral del sistema educacional, generado con amplia participación de docentes, apoderados, alumnos y otros sectores sociales para una educación permanente, democrática, pluralista, participativa, científico-técnica y humanista, acorde con las necesidades económicas del país. Buscaba dar solución a las deficiencias inveteradas del sistema y a las nuevas demandas surgidas de la incorporación de millones de jóvenes a un mercado laboral ampliado por los cambios estructurales impulsados por el Gobierno.

El proyecto era ambicioso y polémico, y fue motivo de un largo y agudo debate nacional, resistido rabiosamente por la oposición. Pretextando su uso para un “lavado de cerebro” y el “adoctrinamiento comunista” la crítica a la ENU fue un arma privilegiada que utilizó la oposición contra el gobierno para terjiversar sus reales propósitos, reducir su apoyo en las capas medias, en la Iglesia católica y en las Fuerzas Armadas, desestabilizarlo y preparar las condiciones para el golpe militar. Desarrolló una campaña de terror con apoyo extranjero y en medio de un clima generalizado de crisis, desorden y caos. Todo esto tuvo efectos devastadores en la conciencia de millones de chilenas y chilenos, tocando sus fibras más sensibles y emotivas, distorsionando por completo los fundamentos, alcances y objetivos de la reforma.

A 50 años del golpe, pese al largo tiempo transcurrido, el conocimiento de la ENU se justifica plenamente, no sólo por la alta relevancia de la educación en toda sociedad, sino por tratarse de un proyecto emblemático de la historia de la educación chilena, parte medular del programa de cambios estructurales del gobierno de Allende, en un período crítico de la historia Chile del que quedan aún muchas claves por descifrar, que no alcanzó a implementarse pese a su aprobación por la Contraloría General de la República y del que la dictadura se encargó de borrar toda huella. Conocer su historia y la lucha que desencadenó serán muy útiles para nuestra juventud en un período de cambios profundos en que enclaves decisivos de dirección del país recaen en los hombros de las nuevas generaciones. Rememorar a la ENU permite comprender el pasado para examinarlo a la luz de los desafíos del siglo XXI.

(*)José Miguel Arteaga. RIL editores.