Hoy, a 52 años del quiebre democrático más doloroso de nuestra historia, nos reunimos en este espacio de memoria y compromiso para rendir homenaje al Presidente Salvador Allende, al gobierno de la Unidad Popular junto a todas y todos aquellos que entregaron lo mejor de sí, incluso su vida, por la esperanza de un Chile más justo, más digno y más humano.
Recordar el 11 de septiembre de 1973 no es un acto del pasado. Es, ante todo, un ejercicio de presente y de futuro. Porque el legado de Allende y la Unidad Popular nos convoca a seguir luchando contra la desigualdad, contra el abuso de los poderosos y contra todo intento de negar la soberanía popular.
El golpe de Estado no fue un hecho aislado, ni producto del azar. Fue un golpe civil y militar, articulado con la intervención extranjera y con la complicidad de sectores empresariales, políticos y mediáticos que no aceptaron que las mayorías populares tomaran en sus manos el destino del país. Y frente a esa traición a la democracia, la consecuencia de Allende, su lealtad al pueblo y su decisión de no claudicar ante la violencia, se levanta hoy su figura como un ejemplo inmortal.
Compañeras y compañeros: Hoy Chile vuelve a enfrentar desafíos profundos. Persisten las injusticias sociales, el abuso económico, la precariedad de la vida y una democracia debilitada por quienes quieren negarle a nuestro pueblo la posibilidad de conquistar un nuevo pacto social. Frente a esto, debemos aprender de la Unidad Popular: de su audacia, de su capacidad de convocar a la unidad en la diversidad, y de su firme convicción de que los cambios sólo se construyen con la fuerza organizada de la clase trabajadora y los pueblos.
También debemos hoy luchar contra los resabios de odio y en eso rechazamos públicamente el mensaje de odio del alcalde Mario Desbordes. Señor alcalde, el Partido Comunista tiene sus credenciales democráticas intactas. Lo llamo a no seguir desviando la atención con aseveraciones falsas y cumpla lo que prometió a los y las vecinas de Santiago.
El mejor homenaje a Salvador Allende no es sólo recordarlo con flores o con palabras emocionadas —aunque nunca renunciaremos a ello—, sino continuar su lucha, mantener viva la esperanza, y trabajar incansablemente por una sociedad en la que la riqueza de Chile esté al servicio de quienes la producen: su pueblo.
Desde el Partido Comunista reafirmamos hoy nuestro compromiso con esa tarea. Y decimos con fuerza:
¡Nunca más terrorismo de Estado en Chile!
¡Nunca más impunidad!
¡Nunca más que los poderosos decidan por encima de la voluntad popular!
Por eso, compañeras y compañeros, de cara a las elecciones de noviembre sabemos que la historia nos pone nuevamente a prueba. Con nuestra compañera Jeannette Jara Román, candidata presidencial de la izquierda, centroizquierda y centro, tenemos la oportunidad de abrir un nuevo camino para Chile. Su liderazgo expresa la esperanza de millones de familias trabajadoras que exigen un mejor vivir. Pero ese desafío no será posible sin conquistar también una mayoría en el Congreso con la lista de Unidad por Chile, que hoy agrupa a las fuerzas transformadoras para enfrentar a la derecha y garantizar que los cambios no se queden en palabras, sino que se conviertan en derechos reales para nuestro pueblo.
Que este 11 de septiembre, al cumplirse 52 años del golpe, nos encuentre no sólo recordando, sino también organizándonos, porque como dijera Allende en sus palabras inmortales: “Más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.”
Tenemos desafíos enormes: Derrotar a la derecha conservadora y sus políticas sociales retrógradas y dar un paso enorme para la consolidación de derechos sociales para un mejor vivir de nuestro pueblo. Con seguridad en las calles y las mesas de cada familia.
¡Honor y gloria al Presidente Salvador Allende!
¡Honor y gloria a la Unidad Popular!
¡Viva la lucha del pueblo de Chile!
Muchas gracias.
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