La República Popular China, y su principio de una sola China, ha sabido llevar con diplomacia y paz, un conflicto interno, respecto de un territorio históricamente gobernado por detractores del gigante asiático. Se trata de Taiwán, que se encuentra anclado a China, pero posee autonomía en materia administrativa, albergando su propio Congreso y presidencia.
Como parte de una campaña comunicacional, Estados Unidos y la prensa hegemónica imperialista, han replicado con especial ahínco la elección del presidente de Taiwán, Lai-Ching, conocido por su posición anti China y a favor de la escisión definitiva. Sin embargo, el candidato sólo logró el 40% de los sufragios, mientras que el otro 60% se distribuyo entre los otros 2 candidatos, que no suscriben al sentimiento separatista, que desde 1949 hasta ahora, ha perdido mucha fuerza.
Lautaro Carmona, presidente del Partido Comunista de Chile, es enfático en señalar: “Una intervención imperialista a todo dar de Estados Unidos, cuál es el papel que ha logrado? no amarrarle los brazos todavía, lamentablemente, pero por lo menos bajar esa omnipotencia, que es la pluralidad de un mundo más multilateral. El papel destacadísimo en eso lo juega la República Popular de China”.
Respecto al principio de Una Sola China, Carmona agrega: “Eso nadie podría discutirlo, porque es un propósito noble, es un propósito ancestral, es un propósito natural, de volver a ser parte del origen. Nosotros hemos respaldado ese planteamiento que se ha hecho y que estuvo en debate a propósito de la última elección en Taiwán, Una Sola China. En eso ha sido muy sabio el Partido Comunista de China que encabeza el compañero Xi Jinping y que ha puesto a China en la palestra internacional”.
El encargado de relaciones internacionales del Partido Comunista Claudio De Negri, escribía a propósito de estas elecciones en el periódico El Siglo: “Al detenernos en la situación interna, es pertinente señalar que el Presidente electo pertenece al mismo partido de Tsai ing-Wen, su antecesora en ese cargo y que durante todo el ejercicio de su función, desde 2020, mantuvo la posición de Taiwán en el marco del principio de ‘Una sola China’. A lo señalado habría que agregar que el Partido Progresista Democrático, al que ambos pertenecen y que en su discurso aboga por la independencia, ha venido disminuyendo de manera sostenida su influencia electoral, incluyendo los últimos comicios, en una correlación de fuerzas donde el principio de una sola China incrementa su adhesión”.
Cabe destacar que en el concierto internacional tan solo 12 Estados en el mundo reconocen a “La república de China” que es como se autodefine Taiwán, estos Estados son; Ciudad del Vaticano, Paraguay, Belice, Guatemala, Haití, San Cristóbal y las Nieves, Santa Lucía, Suazilandia, Islas Marshall, Palaos, San Vicente de las Granadinas y Tuvalu.
Además, recientemente Nauru, pequeño país asiático, tras una serie de acuerdos concretó el principio de una sola China y desde este 2024, reconocen solamente a la República Popular China. Mientras que en Tuvalu, en las recientes elecciones de enero, se impuso Seve Paeniu, candidato que propuso romper vínculos con Taiwán y reconocer solamente a la República Popular China, para avanzar en nuevas inversiones que ayuden a su país en el proceso de reubicación futura, ante la crisis climática que ya afecta su territorio.
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