En el contexto de la conmemoración del día Internacional de los Derechos Humanos, vemos con preocupación la relativización y menosprecio por parte de sectores de la derecha y extrema derecha del respeto y promoción integral de los Derechos Humanos, en un país que no ha logrado, luego de 32 años de terminada la dictadura cívico-militar, hacer justicia ni reparación plena para las víctimas y familiares de las violaciones a los Derechos Humanos
La historia ha demostrado que las violaciones a los derechos humanos no son un problema superado del Siglo XX; esto quedó demostrado en el reciente gobierno del Expresidente Sebastián Piñera quien desplegó una violenta e injustificada represión social frente a las exigencias de mayor justicia social e igualdad de derechos.
La falta de cultura de respeto a los derechos humanos, el relativismo y negacionismo, promueve y permite que las posiciones más extremas y antidemocráticas tomen palestra en el debate público. Revictimizando a quienes sufrieron la tortura, a quienes vivieron prisión política y a quienes tienen familiares detenidos desaparecidos o ejecutados políticos. También a quienes fueron víctimas de mutilaciones oculares y de la violenta represión ejercida por el último gobierno de la derecha.
Chile está al debe en materia de Derechos Humanos. Seguir dilatando actos de justicia, de reparación y negando la memoria solo nos lleva a profundizar una herida que en la historia reciente sigue viva. Quienes quieren olvidar y hacer que nada pasó, son justamente quienes han preferido omitir su participación activa y pasiva en un gobierno dictatorial que no solo fue violador de derechos humanos, sino fue altamente corrupto y contrario a los valores democráticos de la república.
Permitir que las nuevas generaciones sepan lo que pasó, quienes fueron sus responsables políticos y materiales, así como, permitir que las familias de desaparecidos y ejecutados puedan cerrar como corresponde la herida que llevan por casi medio siglo, hará que nuestro país progrese en armonía y profundice su estándar democrático.
Este 10 de diciembre, fecha que coincide con la muerte del dictador, que se fue en la más absoluta impunidad, nos recuerda que, aunque su presencia física no esté presente, su legado antidemocrático que corrompió a las instituciones sigue totalmente presente. La derecha y algunos acomodados quieren mantener el sistema constitucional que heredó la dictadura, no están interesados en cambiar una letra de la Constitución de 1980. Dan cantos de sirena y no cumplen promesas.
Hoy, más que nunca se hace necesario en avanzar en una Nueva Constitución que permita al país salir de la crisis moral, social, económica y política, que menosprecia los Derechos Humanos de sus habitantes y que niega la memoria de los miles de chilenos y chilenas víctimas de la violencia de Estado. La paz es obra de la justicia y Chile sigue sin tener justicia.
Finalmente, conmemoramos este 10 de diciembre, a las 09:00 horas, rindiendo homenaje en el monumento del Presidente Allende en Santiago, en el reconocimiento de su compromiso irrestricto con los Derechos Humanos en nuestro país y en el mundo. Este fue uno de los sellos del Gobierno de la Unidad Popular. Convocamos al Partido y la Juventud en todo el país, a rendir homenaje en aquellos lugares simbólicos para la lucha y defensa de los DD.HH.
Partido Comunista de Chile
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